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Semanario en la mira

El 14 de febrero de 1997 salía a la luz la primera portada del periódico Semanario.

Están de fiesta, y en el festejo por los 21 años de existencia se preguntaron qué es lo que tocaba celebrar. La respuesta de reporteros, directivos y articulistas se refirió a la otra mitad del periódico: los lectores. A esos quienes reciben el mensaje y lo retroalimentan a través de diversos medios y mecanismos.

Y aunque hay fiesta, su identidad y su trabajo profesional –ser un medio de comunicación al servicio de la comunidad– los puso en el centro del huracán y fueron incrustados en la dinámica de matar al mensajero.

En un ejercicio inédito y sin precedentes, con la finalidad de generar información pertinente para la sociedad jalisciense, el periódico Semanario Arquidiocesano de Guadalajara dio a conocer una encuesta encargada a la casa encuestadora Polymetrix en la que se indagan y analizan las preferencias electorales y las principales preocupaciones de las y los jaliscienses. En otras palabras, se atrevieron a tomar una fotografía en este momento del proceso electoral.

El hecho de que en un estado moderadamente conservador estuviera adelante en los resultados Andrés Manuel López Obrador con 27 por ciento de intención de voto y el segundo lugar se ubica Ricardo Anaya, con 23.1 de las preferencias, prendió las alarmas en todos los sectores sociales.

El obispo Fulton J. Sheen, una figura de la televisión estadounidense, señalaba que “la iglesia gusta de la controversia; la desea por dos razones: porque el conflicto intelectual es constructivo y porque ella está terriblemente enamorada” de la razón, y añadía que la estructura de la Iglesia católica ha sido construida por medio de la controversia. Para Semanario ésa es la labor del periodismo de cultura cristiana, construir mapas para mirar el mundo y evangelizarlo.

Ya desde septiembre de 2017 se marcó claramente una postura como medio de comunicación ante el proceso electoral 2018, por ello, en sus páginas se promueve la participación política como una aplicación de la fe y del compromiso social cristiano. En su postura como medio de comunicación ante el proceso electoral se lee: “Apoyamos y alentamos los espacios de reflexión en las comunidades y grupos eclesiales donde se analicen los procesos en torno a las campañas políticas y las propuestas de los distintos grupos políticos, sobre todo a nivel local”.

Y enfatizan que “en la grave crisis social en la que nos encontramos, es necesario que los ciudadanos marquen la agenda política de los candidatos y partidos políticos, para convertirla en una agenda ciudadana”.

Hace un llamado a los actores políticos a escuchar el clamor de la ciudadanía ante sus necesidades más apremiantes. En primer lugar, a la construcción de la paz, que es una tarea impostergable a la que se deben aportar propuestas realizables y urgentes. Los 29 asesinatos en los primeros días de febrero no pueden seguir siendo explicados como ajustes de cuentas o “reacomodos” de grupos delictivos.

La intención de Semanario es interesar a los ciudadanos en la política; en ese sentido, el INE no encuentra conflicto electoral en lo publicado y llama a la población a no mezclar la labor que el periódico tiene como medio de comunicación con la ideología que profesa. Y precisa que es muy distinto a que lo haga un medio de comunicación a un ministro de culto difundiendo información de esta naturaleza.

Hoy más que nunca el modelo de investigación, reportaje, crónica, entrevista a fondo, artículo informado, editorial acucioso y el periodismo narrativo son esenciales para impactar a los lectores acostumbrados a la banalidad y a los espacios cambiantes, al dominio de la imagen del meme y al periodismo espontáneo de las redes sociales.

JJ/I