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Tlajomulco: ¿principio y fin?

Cuando arrancó su precampaña en Tlajomulco como precandidato a la gubernatura, el 3 de enero, Enrique Alfaro Ramírez escribió en su cuenta de Twitter: “En Tlajomulco empezamos y aquí también vamos a consolidarnos”.

Un día después, en esta misma cuenta redactó: “Esperé este día por seis años y por fin llegó el momento de regreso a Tlajomulco, para retomar el camino que iniciamos en 2012, desde el lugar que vio nacer este proyecto”.

Lejos estaba de imaginarse que sería ahí en Tlajomulco donde el proyecto alfarista sufriría, a los pocos días, un severo golpe de uno de los integrantes del equipo, nada menos que de quien lo relevó en el cargo interinamente como alcalde hace cuatro años y que hoy gobierna el que por ellos es considerado el municipio naranja por excelencia: Alberto Uribe Camacho.

Uribe Camacho nunca consideró a Enrique Alfaro como jefe político y siempre sostuvo que el movimiento lo hicieron todos y no sólo el hoy precandidato a la gubernatura, no obstante que el aún alcalde de Tlajomulco no formó parte de aquel grupo de jóvenes que frente a los medios el 15 de noviembre de 2005 cortó con tijeras su credencial que acreditaba a Ismael del Toro, Luis Lara, Luis Eduardo Romero, José Miguel Gómez López y Enrique Alfaro como militantes del PRI.

Para los hombres cercanos a ambos, no pasaron desapercibidos los desencuentros que tuvieron a lo largo del tiempo, pues la actitud de Uribe hacia Alfaro no era, efectivamente, la de otros que sí lo reconocían como el jefe político del grupo y acataban sin protesta alguna las indicaciones que les daba.

Alberto Uribe no fue así y de eso los demás integrantes del grupo compacto tienen no pocas anécdotas que contar al respecto. También en no pocas ocasiones el alcalde de Tlajomulco estuvo ausente de reuniones a las que Alfaro convocaba en su oficina a los demás alcaldes, haciéndole ver que ambos eran iguales y no había razón para acatar su llamado.

La incógnita que hoy se abre alrededor del conflicto entre Alfaro y Uribe es: ¿hasta dónde hará mella este rompimiento en el movimiento alfarista? ¿Se irá solo Uribe a Morena o habrá otros alfaristas o emecistas que decidan seguirle sus pasos? Se sabe de una lista de nombres no sólo en la zona metropolitana, sino en el resto del estado que no quedaron conformes –como siempre y como sucede en todos los partidos– con el reparto de candidaturas. O hay a quienes primero calentó para que jugaran una candidatura y luego los hizo a un lado. O también hay quienes tenían un proyecto particular como parte del gabinete estatal en caso de que Enrique gane las elecciones, confiados en que serían apoyados por él, pero que ya vieron que sus ilusiones no les serán cumplidas.

Sería muy aventurado mencionar nombres de quienes se advierte podrían seguir los pasos de Uribe, pero habremos de ponerles atención en su actuar precisamente para saber se mantienen dentro de las filas alfaristas o deciden emigrar en el corto plazo, particularmente aquellos que no son del equipo compacto o que alguna vez lo fueron o estuvieron cerca de estar y finalmente fueron alejados o dejados a su suerte.

También será cuestión de tiempo para que comencemos a enterarnos de la ropa sucia de ambos –que seguramente sacarán terceros a la luz pública– y de aquí saldrá mejor librado el que tenga más y mejor parque.

Hay quienes creen o creían que el de Alfaro y Uribe era un desencuentro simulado cuyo objetivo era que el primero tuviera canicas en su casa y en la de enfrente. Pero no, la cosa es en serio, el rompimiento es real y creo que aún no observamos ni advertimos todas las consecuencias que este conflicto traerá al interior del alfarismo.

Por eso la duda sobre si lo que se inició en Tlajomulco… tendrá su fin en Tlajomulco. Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I