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Informar para aprender

Honor a quien honor merece. Es necesario aplaudir la disposición del gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, para innovar en lo que se refiere a la rendición de cuentas, especialmente con ejercicios como la denominada Glosa Ciudadana.

Considero innovador dicho ejercicio porque es una manera más efectiva de cumplir con una obligación que tienen todas las personas que tienen a su cargo una gubernatura: informar cada año la situación en que se encuentra el estado a su cargo, y en qué han invertido los recursos públicos.

De hecho, tenemos derecho a saber no sólo en qué se han invertido los recursos públicos, sino que además tenemos derecho a que se nos presenten los resultados que se obtuvieron, y que se nos explique por qué se obtuvieron esos resultados y no otros. Y es nuestro derecho porque esos recursos son nuestros, no son de los funcionarios que los administran. A esto es a lo que se le llama rendición de cuentas.

Y afirmo que es una forma más efectiva de rendir cuentas porque la Glosa Ciudadana tiene la ventaja de superar la tradicional división entre mandantes y mandatario, que en la práctica se convierte en un diálogo de sordos: el mandatario que sólo comenta lo que considera que hizo bien, según sus propios criterios, y los mandantes, la sociedad, que se queda señalando lo que, según sus criterios, está mal, sin que haya la posibilidad de comprender el punto de vista contrario.

Al contrario, la Glosa Ciudadana permite que el gobernador y su equipo de trabajo dialoguen con expertos en los temas de los que se dan cuenta en el Informe de Gobierno, pero en un formato que permite que los funcionarios comprendan qué es lo que necesitan tomar en cuenta en su trabajo, así como la manera en que podrían mejorar su desempeño, para beneficio de la población.

Al mismo tiempo, quienes participan o asisten al ejercicio tienen oportunidad de conocer los criterios y la perspectiva de los propios funcionarios, lo que también es valioso porque enriquece nuestra comprensión de lo que ocurre dentro del gobierno, y nos da pistas de lo que como ciudadanos podemos hacer para que nuestras instituciones funcionen mejor.

Claro que para que ejercicios de rendición de cuentas como éste funcionen se requiere de una gran dosis de apertura y humildad del gobernante, pues implica aceptar que no se tiene la razón en todo, o que los propios criterios de evaluación pudieran resultar insuficientes, y por lo tanto es necesario invitar a expertos que comenten los resultados, desde una perspectiva estrictamente técnica, y que no vengan a aplaudir por aplaudir. Tal vez por este motivo esta innovación no se ha replicado en otros estados.

¿Qué sigue, entonces? Por un lado es muy importante que este ejercicio se mantenga, a pesar de que viene un cambio de gobierno. Y por otro lado habría que discutir la posibilidad de que este ejercicio incluya también al Poder Legislativo, con el objetivo de que haya un aprendizaje institucional, para que cada quien determine qué tareas le quedan por atender: el gobierno qué debe hacer mejor, las leyes que es necesario actualizar del Congreso y los temas en los que los ciudadanos necesitamos poner más atención.

Es decir, los ejercicios de rendición de cuentas deben propiciar el aprendizaje de todos los actores sociales, de manera que entremos en lo que algunos llaman procesos de mejora continua, y dejemos de esperar, ilusoriamente, que los problemas se resuelvan de la noche a la mañana, y asumamos que necesitamos un esfuerzo sostenido para tener una mejor calidad de vida.

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@albayardo

JJ/I