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Los retos de la glosa ciudadana

Durante la semana pasada se llevó a cabo la quinta glosa ciudadana del gobernador Aristóteles Sandoval. Al margen de los resultados de su gestión, el ejercicio merece ser discutido y valorado por derecho propio. Si bien la glosa ciudadana representa una innovación en el campo de los esquemas de rendición de cuentas, aún enfrenta importantes retos para consolidarse.

La glosa ciudadana es una innovación democrática, por lo menos, por dos razones. Primero, porque se aleja de los formatos de rendición de cuentas horizontales y propone un esquema vertical. La forma tradicional de rendir cuentas en las democracias occidentales es a través de mecanismos que se conocen como horizontales. La horizontalidad consiste en que las cuentas se rinden entre los mismos poderes públicos del estado.

Bajo el supuesto de que los diputados representan a la ciudadanía que los eligió, lo tradicional es que el Poder Ejecutivo le rinda cuentas al Poder Legislativo. Sin embargo, ante la crisis de representatividad de nuestra democracia este supuesto rara vez se cumple. Ante ello, la glosa ciudadana es un esquema en que el poder ejecutivo le rinde cuentas directamente a la ciudadanía.

Segundo, porque permite materializar una de las dimensiones de la rendición de cuentas más difíciles de poner en práctica: el solicitar justificaciones sobre las decisiones públicas. Solemos utilizar el término rendición de cuentas para referirnos a la transparencia o el combate a la corrupción. Este uso es correcto, pero la rendición de cuentas también implica el pedir justificaciones a los gobernantes sobre las razones que los llevaron a tomar tal o cual decisión pública.

Este aspecto de la rendición de cuentas es más difícil de materializar porque gobernantes y representados normalmente no disponen de espacios de interacción para sostener un diálogo de esta naturaleza. La glosa ciudadana brinda esta posibilidad. Los interlocutores del gobernador lo cuestionaron directamente para pedirle justificaciones sobre su gestión. El gobernador ofreció dichas justificaciones.

Por ejemplo, el titular del Ejecutivo fue cuestionado sobre los presuntos actos de corrupción en la Secretaría de Salud, en la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública, y en el caso de las fotomultas. También le pidieron una justificación sobre la falta de resultados tangibles de las denuncias sobre corrupción presentadas ante la Contraloría del Estado. Además, le cuestionaron los resultados de su política de seguridad pública. En todos estos casos el gobernador ofreció justificaciones sobre su gestión, y en algunos de estos temas se comprometió a entregar informes detallados en los próximos días.

Si bien la glosa ciudadana representa una innovación en los esquemas de rendición de cuentas, también enfrenta retos importantes para robustecer sus alcances. Uno de ellos es cómo brindar voz a más ciudadanos. Sin duda que los cuestionamientos de especialistas y líderes de opinión son útiles, pero de ninguna manera representan las preocupaciones de la gran mayoría de los jaliscienses.

Un segundo reto es cómo garantizar que lo que sucede en la glosa ciudadana se conectará de forma real con el quehacer gubernamental. Si lo que sucedió en la glosa no va más allá de un simple evento, si no se conecta con nada, entonces realizar el ejercicio no tiene mucho sentido.

 

Coordinador del Laboratorio de Innovación Democrática (LID)

JJ/I