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Pensiones y su huracán

¿A quién tendría que preocupar lo que sucede en el Instituto de Pensiones del Estado (Ipejal)? Desde el gobierno del panista Alberto Cárdenas Jiménez hasta el actual, se han tomado decisiones que han ido mermando su patrimonio y, aunque parezca lejano, se han puesto en riesgo las prestaciones que debe otorgar el organismo a partir de 2030.

El problema es para los burócratas, quienes son los que enfrentan las dificultades por las decisiones que se toman en el organismo. Pero también el ciudadano común y corriente, porque el patrón de esos burócratas son dependencias públicas que hacen sus aportaciones utilizando recursos públicos.

De los primeros dos gobiernos panistas del estado, que encabezaron Alberto Cárdenas y Francisco Ramírez Acuña, recordamos casos que significaron recortes importantes a una propiedad de Pensiones, en lo que ahora se conoce como zona real. Pero la decisión más significativa se tomó durante el gobierno de Emilio González Márquez, con la reforma que se hizo al sistema de pensiones de los trabajadores al servicio del estado y los municipios. Los principales cambios fueron para aumentar las aportaciones, en particular las del patrón y, además, para dar plenas atribuciones al consejo del organismo para tomar cualquier decisión, sin tener que consultar al Congreso del Estado.

En el caso de la reforma para aumentar las aportaciones, lo que sucedió fue que el pago de la nómina se convirtió en una carga casi imposible para muchas dependencias y, especialmente, para los ayuntamientos. La cartera vencida de los patrones por las cuotas que deben pagar al Ipejal crece de manera permanente.

Sin duda, el cambio más significativo está relacionado con las decisiones del Consejo. Ahí, donde unos cuantos decidieron apostar por determinados fraccionamientos, por el desarrollo turístico Chalacatepec y sus agregados de hoteles en una playa nayarita y en la Ciudad de México, en la Villa Panamericana y en Abengoa.

Aunque las autoridades han rechazado que el manejo del patrimonio del Ipejal esté en riesgo e incluso negaron que existía un estudio actuarial que NTR Guadalajara dio a conocer, finalmente tuvieron que aceptarlo.

Ese estudio, encargado por el propio Ipejal, advierte que entre 2030 y 2040 el instituto ya no contará con recursos propios. Desde 2010 el organismo registra déficit. También señala que, a valores actuales, si se comparan activos con pasivos, Ipejal tiene un déficit de 57 mil millones de pesos.

A todo lo anterior se suman las irregularidades que se han ido acreditando y que ya fueron denunciadas penalmente.

Entre las razones por las que se interpusieron las denuncias, hay préstamos concedidos de manera ilegal, dos sin cumplir los requisitos y uno más de un trabajador que no lo solicitó y que fue cobrado por una persona diferente.

Además, está el caso que dio a conocer recientemente la Secretaría General de Gobierno, por las irregularidades que se encontraron en el área médica. Por este caso hay siete funcionarios en calidad de presentados.

Eso, sin contar todos los funcionarios que en la cúspide de su carrera han podido jubilarse con más de 100 mil pesos mensuales, algunos de ellos después de haber pasado varios años sin cotizar e incluso algunos que ni de broma reunirían los años que se requieren para tener acceso a una pensión y que, argumentan, hacían “aportaciones voluntarias”.

Todas esas decisiones las toman unos cuantos, a pesar de que se trata del futuro de cientos de servidores públicos, la mayoría de ellos trabajando por varias décadas, con el sueño de retirarse con un promedio de entre 10 y 15 mil pesos mensuales.

Hasta hace unos meses, los reclamos sobre el manejo en el Ipejal habían surgido del sindicato que no ha sido reconocido y de la oposición. Sin embargo, la última denuncia salió del sindicato oficial, por lo que ahora sí podría ir en serio.

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FV/I