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En plan grande

TARDE REDONDA. Flores da muestra de su madurez y luce con el primer astado. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Lo prometido fue deuda y saldada quedó. Ayer, durante la segunda corrida de aniversario celebrada en la Plaza de Toros Nuevo Progreso, la afición de Guadalajara fue testigo de la evolución, buen paso y madurez de un torero mexicano.

Se trata de Sergio Flores, quien está en la cima de su carrera; su comparecencia de ayer lo confirmó, y tras una interesante labor con su primer toro, el oriundo de Tlaxcala salió con una oreja en la espuerta y el reconocimiento del público.

La segunda de la Feria de Aniversario en el coso de la colonia Monumental dejó matices diversos. Dos orejas como resultado y un encierro de aplaudible presentación: trapío y edad, como se merece Guadalajara, fue lo mejor que estos seis lidiados, procedentes del hierro queretano de Bralva, ofrecieron.

En juego dejaron mucho qué desear, a excepción del lidiado en quinto lugar, aunque sí, cumpliendo a cabalidad en varas, con empuje y bravura, aunque venidos a menos y con poco recorrido y fuerza en el tercio final.

Flores lo consiguió y marcó hegemonía. Abrió plaza con un astado de finas hechuras, con el que lució desde capote al quitar por chicuelinas. Un toro que propinó un tumbo al picador, con consecuencias lamentables para el caballo.

El tlaxcalteca exprimió lo mejor que este toro ofreció, que aunque no fue dechado de virtudes, permitió a Sergio estar valiente, en terrenos cortos y ligando muletazos de buena factura, para que tras sepultar el acero en todo lo alto, le fuese concedida una oreja de toda ley.

El segundo, un astado débil y deslucido, arrebató a Flores la posibilidad de una faena de importancia.

Roca Rey emociona

El segundo en la tercia fue el peruano Andrés Roca Rey. A punto estuvo de resultar como el máximo triunfador de la tarde, y es que, si bien no tuvo suerte con el primero de su lote, el que cerró su actuación fue el contraste.

Alegría, recorrido, bravura y acometida fueron las cualidades de este burel, al que Andrés le cuajó una faena de muleta llena de emoción, largueza y temple, poniendo a la plaza a su favor con tandas sentidas y lentas por la diestra. La suerte le jugó mal y mató de entera pero defectuosa, lo que le arrebató la posibilidad del triunfo.

Trofeo entre polémica

Para Luis David fue una tarde de contrastes. El menor de los Adame también tocó pelo en su primero, un toro al que el hidrocálido le robó los muletazos imprimiendo voluntad, pero en su afán de triunfo, se dejó ver arrebatado, aunque cuajó tandas de buena ejecución que el público le reconoció.

Mató de entera ligeramente adelante y le fue concedida una oreja, con división de opiniones, un tanto protestada  y con poca petición.

Con su último nada pudo hacer, fue un toro áspero poco propicio para el toreo de Adame, quien no se entendió con él y se limitó a lidiar de pitón a pitón para despacharlo pronto.

Picadores roban atención

La tarde de ayer, la fuerte embestida del primero de la tarde al caballo del picador ocasionó un derribo que terminó por lastimar al equino y hacer tocar tierra al picador, mientras que las ovaciones se las llevó el picador de confianza de Andrés Roca Rey, tras una puya de soberbia ejecución y aguante que puso a algunos aficionados de pie

JJ/I