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Sigue cayendo el salario en México

La economía creció el año pasado, mejor de lo que se esperaba que le fuera al Producto Interno Bruto (PIB) del país en el año de Trump presidente y de la incertidumbre sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El 2.3 por ciento del PIB de México para 2017 parece incluso una buena noticia cuando las expectativas para diciembre de 2016 eran apenas superiores a cero.

Las inversiones no dejaron de llegar y gran parte de los estados de la República siguieron marcando números positivos en rubros como empleo y producción. Estados como Jalisco, incluso marcando la pauta como líderes nacionales en la generación de puestos de trabajo formales.

Muy a pesar del pequeño esfuerzo de la administración del presidente Peña Nieto de trabajar para lograr que los salarios mínimos mejoraran por encima de la inflación, y con el consenso sorprendente de los organismos empresariales en el país, el salario mínimo recibió incrementos hasta de 10 por ciento en términos nominales.

No poca cosa, cuando en el mejor de los casos el salario mínimo se había mantenido cayendo desde 1977 y estancado desde el año 2000. Ahora en la gran gráfica del salario, aparece un pequeño, pero real cambio en la dirección del poder de compra del salario mínimo: va para arriba.

Lo preocupante es que estas mejoras sólo impactan a quienes cobran hasta un salario mínimo, los que en la economía formal son muy pocos: apenas unos 20 mil 702 trabajadores en enero de este año.

El problema es quienes ganan entre uno y dos salarios mínimos. Ahí tenemos más de ocho millones de trabajadores, quienes no se ven beneficiados con estos incrementos de 10 por ciento nominal, porque se dice que “contaminaría a la inflación”.

Es decir, esas subidas en el salario mínimo que tanto presumen, apenas si afectan a una ínfima parte de la fuerza laboral en México.

Tanto es el tamaño del problema que, durante 2017, el ingreso laboral promedio en el país cayó 2.5 por ciento, lo que representa la baja en el poder adquisitivo más fuerte de los últimos tres años.

Un desastre para el mercado interno y para los buenos números que nos quiere presumir el presidente Peña y su equipo, urgidos por las elecciones de buenas noticias qué contar.

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@Israel_Macias

JJ/I