¿Balcanes Europeos?

Hace menos de una década la Unión Europea se reconocía a sí misma como un hecho histórico. Esta asociación económica y política, única en su género, era vista por otras regiones como un modelo a replicarse. Segura y afianzada en el contexto internacional la UE se daba el lujo de mantener a las naciones balcánicas al margen, pese a su discurso integrador Europa tenía cupo limitado.

Con el paso de los años, y no me refiero a décadas sino a unos cuantos, la volubilidad del mundo moderno se manifiesta en la indeseada realidad de la UE. La asociación afronta una de sus crisis más complejas desde su fundación. El Brexit, el desgaste político de Angela Merkel y nacionalismo recalcitrante a la alza en distintos Estados son parte del cuadro clínico.

El escenario obliga a un cambio de estrategia, por lo tanto, el sueño europeo de los Balcanes occidentales pudiera darse en este 2018. En menos de cinco años y con un cambio de líder la UE pudiese cambiar de opinión y otorgar nuevas membresías. A los ojos de Macron “la revitalización de las instituciones comunitarias es necesaria para defender la política de integración europea”.

La ampliación de la UE constituye en sí misma un discurso de oxigenación, es una prueba recordar la capacidad de la Unión como un actor global y reafirmar su “historia de éxito”. En otras palabras la posible anexión de Montenegro, Serbia, Albania, Macedonia y Bosnia y Herzegovina responde a un desgaste del organismo y no a un deseo natural por reformarse y abrir las puertas.

En este cambio de estrategia la postura Europea pudiera tener efectos positivos también para Kosovo, otra entidad que ha manifestado su interés por pertenecer a la UE; sin embargo, carece del reconocimiento de cinco de los 27 Estados que conforman el organismo. El caso de Kosovo requerirá un amplio debate al interior del Parlamento Europeo.

Una vez analizado lo que representa para Europa es pertinente señalar lo que representa para la región. Es importante no olvidar que se trata de una de las zonas más desgastadas a lo largo de la historia por guerras y posguerras, las diferencias étnicas son heridas entreabiertas que requieren de un elemento integrador para sanarlas y esa solución puede ser el comité de selección y requisitos de la UE.

El contexto internacional requiere de un caso de éxito en materia de solidaridad. En esta región, en la que los mediadores no han sido de gran ayuda, la UE cambiar la historia e iniciar la construcción de puentes de comunicación en los Balcanes Occidentales. Aunque son meras suposiciones, las condiciones están dadas para que escuchemos en meses por venir la adhesión de nuevos miembros a la UE.

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