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Padilla y Alfaro

Otra vez la misma historia, pero con nuevos protagonistas. Para las elecciones de julio próximo Raúl Padilla López y Enrique Alfaro Ramírez, jefes políticos del Grupo Universidad y del partido Movimiento Ciudadano, respectivamente, vuelven a aliarse para ir de la mano en pos del poder.

Así lo hicieron en 2009 cuando ambos grupos políticos llegaron del brazo a la presidencia municipal de Tlajomulco. Pero el acuerdo duró pocas semanas: Alfaro rompió con Padilla y fueron echados de la administración municipal todos los padillistas que apenas se estaban acomodando en sus escritorios, entre ellos, Enrique Velázquez.

La historia del desencuentro de Tlajomulco ya es por todos conocida, como lo es la famosa frase pronunciada por el entonces presidente municipal de que declaraba libre al municipio del padillismo. Pero eso quedó atrás. Es historia y, como tal, siempre será recordada para bien o para mal de uno y otro. O de ambos.

Dijo Pascal: “El tiempo cura las penas y las injurias, porque todos cambiamos y dejamos de ser la misma persona: ni el ofensor ni el ofendido son el mismo”. La verdad no sé si esta frase quepa en este caso. Lo dudo y abriría signos de interrogación.

A su vez, Séneca afirmó: “El tiempo cura lo que la razón no puede curar”. Quizás ésta frase esté más cerca de lo que aquí estamos comentando. O al menos podría embonar más en nuestros dos personajes.

Pero hoy estos personajes, Raúl Padilla y Enrique Alfaro, han decidido recorrer nuevamente juntos el camino de un proceso electoral en el que ambos esperan salir triunfadores. Y en este caso, el primero logró colocar en la oferta electoral del alfarismo en Jalisco a dos de sus principales piezas: al actual rector general, Tonatiuh Bravo Padilla, y a la rectora del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), Mara Robles, a quienes se les ha asegurado su llegada a la Cámara de Diputados, el primero, y al Congreso del Estado a la segunda, colocándolos en la lista de candidatos plurinominales con curul amarrada, no obstante que Robles también jugará por la vía de la mayoría relativa como candidata por el distrito 3, con cabecera en Tepatitlán.

Hay una tercera pieza del padillismo en la contienda electoral. Se trata de Enrique Velázquez, ex diputado local por el PRD y actual dirigente sindical de los académicos de la Universidad de Guadalajara, cuya integración a este proceso podría entenderse algo así como que va por el reintegro, luego de la forma en que salió del gobierno municipal alfarista en Tlajomulco.

Sin embargo, a diferencia de Robles, a él no le colocaron red de protección y sólo va como candidato de mayoría relativa por el distrito 4, con cabecera en Zapopan, distrito bastante disputado en el que quizás le apuestan a que si no gana, cuando menos llegue entonces por la vía del repechaje.

La inclusión de Bravo Padilla en las candidaturas alfaristas no sorprendió porque eso estaba muy cantado desde hace tiempo; lo que llamó la atención fue no verlo anotado como candidato al Senado, espacio donde se mencionaba que sería colocado, y no en busca de regresar a San Lázaro, donde ya estuvo alguna vez como legislador perredista. Pero ahí está y sin duda llegará.

El caso de Mara Robles y Enrique Velázquez fue diferente, pero algo se intuyó cuando inventaron esa organización denominada Hagamos, que resultó algo así como un filtro para desteñirse del color amarillo e irse impregnando del color naranja, no obstante que ambos van como candidatos de la forzada coalición entre PAN, PRD y MC.

Pero hay que anotar que este segundo capítulo de la historia de un reencuentro aún no termina y estoy convencido de que seremos testigos de capítulos inimaginables que podrían llevarnos a un final que nada tiene que ver con el de los cuentos de princesas.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

FV/I