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Un 7-1 que no se olvida

(Foto: Especial)

El mes de octubre de 2002 es memorable en la vida de Chivas. En dicho lapso se escribieron capítulos que lo marcaron no sólo como club, sino que también quedó como un tatuaje o una herida que nunca ha terminado por cerrar.

En aquel entonces la institución experimentaba una revolución en sus entrañas y estaba en un camino sin retorno hacia nuevos horizontes.

En agosto se había aparecido el empresario Jorge Vergara para lanzar su propuesta de adquisición del Club Guadalajara, lo cual sonaba a locura, pero una mayoría de socios que integraban la Asociación Civil estaban dispuestos a venderle sus certificados de aportación para hacer la conversión a Sociedad Anónima de Capital Variable.

El entonces presidente de la AC, Francisco Cárdenas trataba de convencerlos de que tal vía era arriesgada al entregar un patrimonio a un personaje cuyo sentimiento por los colores rojiblancos estaban por debajo del interés comercial.

Vergara además había lanzado un dardo venenoso al equipo y su cuerpo técnico al señalar: “¿Cuánto pueden valer Daniel Guzmán y su camarilla de jugadores?”, cuando aseguraba que el costo por comprar al equipo no sería tan alto.

Los días como AC del Club Guadalajara estaban contados, y ya sólo se esperaba concretar la cita de la Asamblea Extraordinaria del 30 de octubre para votar a favor de la transformación en SA de CV.

Bajo ese entorno de alta tensión competía Chivas que estaba en la recta final del arrendamiento del empresario Salvador Martínez Garza, presidente de la Promotora Deportiva Guadalajara.

Una semana atípica

Aquella semana antes del encuentro ante Pumas en la Fecha 14 se jugaba doble jornada por lo que el miércoles 16 de octubre el Rebaño recibió a Monarcas Morelia.

Daniel Guzmán, quien se estrenó como técnico en Primera División en aquel Apertura 2002, decidió debutar a un joven de las Fuerzas Básicas de Chivas: Francisco Maza Rodríguez. Chivas ganó 1-0 y el joven de Mazatlán, Sinaloa cumplió con una buena actuación ante jugadores experimentados por lo cual El Travieso consideró que valía la pena darle continuidad en el once titular.

Guzmán trataba de mantener a su equipo alejado de los factores externos, pero su rival en turno, Pumas, se encargaba de calentar el ambiente previo al juego del sábado. Hugo Sánchez era el timonel de los universitarios y sabía manejar a la perfección a los medios de comunicación al declarar en los momentos precisos para que sus palabras tuvieran impacto.

Hugo, que hasta la fecha sigue añorando su época con el Real Madrid, tuvo la osadía de comparar a sus Pumas con los Merengues, lo cual derivaría en el apodo de Los Galácticos del Pedregal.

Guzmán cometió el error de caer en la provocación y a su arribo a la Ciudad de México el viernes por la tarde le respondió a Hugo: “Si Pumas es el Real Madrid, Chivas es el Manchester United”.

 

La masacre se avecinaba

La tarde del sábado 19 de octubre a las 17 horas las tribunas del Estadio Olímpico Universitario registraban una asistencia de 65 mil aficionados divididos entre auriazules y rojiblancos.

Nadie en realidad imaginaba lo que estaba por suceder. Ni Guzmán, ni Hugo, ni los 22 en la cancha, ni los que estaban en la banca.

El juego arrancó vertiginoso y al minuto 7’ Pumas se puso adelante con un gol de Mariano Trujillo. Ya estaba dado el primer golpe, y los unamitas en lugar de conservar la calma se abrieron más, y ahí aprovechó el Rebaño para empatar a través de Omar Bravo al 10´.

Posiblemente los 22 con la adrenalina al tope por sus respectivos entornos se olvidaron de estrategias y se volcaron como fieras heridas en busca de más goles, pero fue Pumas el que olió la sangre y devoró a un adversario que no se levantaría jamás en el resto del encuentro al cometer un error tras otro ante la impotencia de su técnico en la banca y un enloquecido Hugo Sánchez que festejaba como un jugador más.

Y es que dos minutos después del empate de Bravo, Álvaro La Bola González descontó con un remate de cabeza sin la marca de Rodríguez, Joel Sánchez y Alfonso Loera.

Posteriormente se generarían dos fallas que sepultarían el estado de ánimo rojiblanco. Al 20´, El Maza, con la inocencia de su segundo partido en Primera División retrasó el balón hacia Oswaldo Sánchez, pero lo hizo con un toque suave que dejó el balón libre para Mariano Trujillo, quien se adelantó a la salida del portero y ganó en el mano a mano para el 3-1.

Con un Chivas desordenado y queriendo evitar la goleada se encontró con un error arbitral muy grosero. Jaime Lozano disparó fuera del área y el balón se estrelló en el travesaño, picó afuera pero ni el árbitro ni el abanderado se percataron y lo marcaron como gol para el 4-1 mortal.

Para el segundo tiempo lejos de que Pumas saliera a sobrellevar las acciones fue a saciar su hambre de acabar con el Rebaño que ya no presentaba argumentos para una hazaña en CU porque aquella tarde estaba tan tocado por la mala fortuna que Johnny García anotó en su propia portería al 54´para el 5-1. Sl 61´ Ignacio González hizo el sexto, y al 63´concluyó la masacre con otro tanto de Trujillo, quien completó su triplete.

Con una goleada tan salvaje y con 27 minutos por jugarse parecía que había espacio para aplastar de manera insólita a un rival que no manifestaba señales de vida, pero Pumas bajó las revoluciones, y Chivas despertó para generarse un penalti que falló Omar Bravo que solo hubiera adornado un marcador que ya era humillante.

Posdata

Dos días después, al regresar al entrenamiento en las instalaciones del club San Isidro en Zapopan, el técnico Daniel Guzmán accedió a hablar con los medios, y definió a la perfección su sentir acerca de una goleada impensable: “Fue como comer caca sin hacer gestos”.

Por su parte, Jorge Vergara aprovecharía el resultado para hacer más leña de un árbol que de por sí ya estaba caído y anticipaba: “Eso es lo que le espera a Chivas si no aceptan mi propuesta”.

El destino del Club Guadalajara estaba sentenciado aún sin aquella derrota, el 30 de octubre casi 200 socios votaron a favor de la transformación de AC a SA de CV para concluir con un mes inolvidable en la vida de Chivas y sus más allegados.

FV/I