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Del barco al arca

Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes

 

Lao Tsé

Siempre es admirable la aparente habilidad que tienen los dibujantes de cartones periodísticos, comúnmente conocidos como moneros, para comunicar ideas y criticar personajes con sus trazos. Sorprende su incisiva destreza para establecer claramente incongruencias como las sucedidas en los últimos días, en que hubo un par de cartones que llamaron la atención, básicamente por dos razones: una, el indiscutible tino de ambos y dos, que se complementan uno con otro, componiendo una definición muy realista de los tiempos que vivimos.

El primero circuló en redes allá por el 17 de febrero y muestra al barco del PRI hundiéndose, mientras algunas ratas saltan del buque, una de ellas pregunta “¿ahora a dónde?” y otra responde “pues a Morena”. El segundo circuló alrededor del 23 y muestra un arca –como la de Noé– con un rótulo de Morena a la que se amontonan para subir unas ratas mientras son animadas por López Obrador que les dice “vengan, todavía hay lugar”, aunque se ve que la embarcación ya está haciendo agua.

Decía que ambas obras reflejan con claridad los penosos momentos por los que transita la débil democracia mexicana, que debe cargar con el peso de partidos voraces, en tanto que sus reglas sólo podrían ser modificadas por los insaciables políticos que los conforman y sólo aspiran a conseguir otro hueso para continuar viviendo del presupuesto.

Hemos visto a personajes que dejan ideología y pudor en un barco en el afán de subirse al arca salvadora de aquél que los datos actuales muestran posible ganador de la elección. Tanto panistas como priístas, perredistas, del movimiento verde o del naranja, han dejado sus partidos para irse con Andrés López que, amoroso, los recibe con los brazos abiertos. Puras conveniencias y componendas por todas partes, uno recibe a los desertores junto con los presumibles votos que llevan con ellos, mientras los otros nadan desesperados para subirse a Morena, siguiendo sólo el aroma del dinero.

Ilusorio

En otros casos que ya hemos comentado aquí, ahora se suman delincuentes con procesos judiciales abiertos, a los que se pretende blindar con fuero para evadir las acciones de la justicia, ejemplo de ello son los casos de Napoleón Gómez Urrutia y Nestora Salgado, que llagarán al Senado de la República y obtendrán esa protección una vez que juren el cargo. La pretensión es obvia, que contribuyan con votos a la causa; sin embargo, cabe preguntar ¿cuántos sufragios pueden aportar un líder sindical repudiado o una ex integrante de autodefensas? ¿O forman parte de otro tipo de cuotas, acuerdos o amnistías hechas en lo oscurito?

Volado

Está por otro lado un tipo diferente de candidatos: aquéllos prestigiados personajes en sus respectivos ámbitos de acción –empresarios, comunicadores, líderes de iglesias, etc.-, que, por la razón que sea, prestan su imagen y buen nombre para un partido en el que aparentan creer, pero que sólo ven como vehículo para alcanzar un cargo de elección, para luego desvincularse e intentar impulsar desde ahí un proyecto propio. Es decir, en términos simples: dejo que me uses, pero te utilizo también. Suena fácil, pero...

Faltan tres partes en esa ecuación que a primera vista suena bien: primero, no es seguro que lleguen salvo que sea por la vía plurinominal, que está reservada para los consentidos del mesías; segundo, falta ver si al llegar les resulta tan fácil liberarse de los compromisos adquiridos. Y tres, el último componente que probablemente tampoco han considerado: si no llegan, ¿podrán volver a su actividad anterior con el lastre de la imagen de Morena a cuestas?

FV/I