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El “menú” para Casa Jalisco

El menú electoral para la gubernatura se terminó de definir el domingo pasado, fecha límite para el registro de candidatos, y la oferta a los ciudadanos quedó –en estricto orden alfabético– de la siguiente manera: Enrique Alfaro Ramírez, de Movimiento Ciudadano; Martha Rosa Araiza Soltero, del Partido Nueva Alianza; Miguel Castro Reynoso, del PRI; Salvador Cosío Gaona, del Partido Verde Ecologista; Carlos Lomelí Bolaños, de Morena-PT-PES; Miguel Ángel Martínez Espinoza, del PAN, y Carlos Orozco Santillán, del PRD.

Siete son los platillos que el domingo 1 de julio habrá en la boleta electoral y de entre ellos saldrá quien releve a Jorge Aristóteles Sandoval Díaz en la titularidad del Poder Ejecutivo del estado.

Ya sabemos que no obstante que en las candidaturas a legisladores federales –diputados y senadores–, algunas diputaciones locales y presidencias municipales los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano van en coalición, en la lucha por la gubernatura contienden en lo individual y sus respectivos candidatos lucharán por objetivos ya determinados y muy claros.

Alfaro Ramírez va con la encomienda de hacer válidos los pronósticos que como fotografías “del momento” –argumentan los propios protagonistas– establecen las encuestas hasta ahora conocidas, que es la de hacer realidad un triunfo que para no pocos ya tiene “en la bolsa”. O al menos es quien por ahora va a la cabeza de las preferencias ciudadanas y es el rival a vencer.

Martínez Espinoza participará con la nada fácil tarea de rescatar la esencia de su partido que alguna vez fue la segunda fuerza política en Jalisco y por 18 años la primera cuando gobernó la entidad. Su reto será despertar en el panismo el orgullo de su doctrina y sus principios que a lo largo de décadas le dieron su propia personalidad. Sabe que ganar está lejano, pero levantar la votación obtenida en 2012 podrá ser una derrota con sabor a victoria.

Orozco Santillán llegará a la elección con una sola meta: que el PRD conserve el registro en Jalisco. Así lo confesó él mismo en una entrevista publicada el 4 de febrero: “El 2017 fue uno de los años más difíciles para el PRD por el decrecimiento real que tuvimos en Jalisco; sin embargo, a nivel nacional venimos de gobernar la ciudad más grande de México, por lo tanto con ese bagaje intentar que el partido conserve su registro”. Si lo logra, será el héroe del perredismo. Y si no, habrá sido el chivo expiatorio.

Pareciera que con igual misión llegan a la contienda Araiza Soltero, del Panal, y Cosío Gaona, del PVEM, aunque la estructura de este último partido pudiera superar con creces el puntaje establecido como necesario para lograrlo y llegar al porcentaje que sus dirigentes confían en obtener para demostrar que su existencia no dependía de su permanente alianza con el PRI. Aquí creo que su candidato estará a prueba por sus antecedentes partidistas –PRI, PRD, Convergencia, Morena, independiente–.

El caso de Martha Rosa Araiza estará en manos de la estructura magisterial del Panal, que no ha podido mantenerse estable en la preferencia ciudadana.

Un caso particular es el de Lomelí Bolaños, pues además de ser el primer candidato a la gubernatura de Morena, registra especial atención por venir del partido alfarista Movimiento Ciudadano con el que rompió siendo diputado federal y al que podría provocar un serio hueco electoral al llevarse no pocos de sus votos.

Y finalmente tenemos a Castro Reynoso, que de acuerdo a algunos analistas tiene que remar contracorriente con la marca de su partido y el saldo negativo de la presidencia peñista. Su reto será refrendar el triunfo de 2012, tarea nada fácil, pero no imposible.

Por hoy nada está escrito y no hay nada para nadie. Al tiempo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

FV/I