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Elecciones 2018: entre Kafka y Frankenstein

Tres partidos nacionales, Movimiento Ciudadano (MC), Acción Nacional (PAN) y Morena, formularon un recurso de apelación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en contra del Reglamento de Elecciones aprobado por el Instituto Nacional Electoral (INE) para el proceso electoral 2017-2018.

Ante los agravios presentados por los partidos políticos (apertura previa de urnas, traslado de paquetes, alteración del escrutinio y cómputo, entre otros), el TEPJF determinó que dichas ofensas son fundadas dado que las disposiciones del INE “son contrarias a los principios de certeza y seguridad jurídica”.

De todas las quejas contempladas, la más delicada es la “alteración del escrutinio y cómputo”, dado que en este acto se debe traducir la voluntad popular de los ciudadanos que acudirán a votar el domingo 1 de julio, pues afecta de manera sensible la posibilidad de conocer los resultados preliminares de manera oportuna, de acuerdo con los consejeros del INE. Y de alguna manera tienen razón, pero la culpa recae en la legislación frankenstiana aprobada en su momento por la “autoridad legislativa”, o sea, los diputados y senadores.

Con la aprobación de las reformas constitucionales de 2014, sancionadoras de las elecciones de 2015, se estrenó la llamada “casilla única” tanto para los comicios federales como los locales cuando se trate de elecciones concurrentes. En esa ocasión, los ciudadanos funcionarios integrantes de las mesas directivas de casillas electorales tuvieron que realzar el escrutinio y cómputo de las casi 150 mil casillas instaladas en todo el país. En ese año sólo se eligieron diputados federales, aunque en algunos estados también se votó por gobernadores, diputados locales, presidentes municipales (y jefes delegacionales).

En esos comicios, los primeros presidentes de casillas empezaron a llegar con sus paquetes electorales a las nueve de la noche en algunos consejos distritales federales, y de allí los paquetes de la elección local se entregaban y trasladaban a los respectivos consejos distritales locales y municipales respectivos. La información fluía con regularidad hasta en la madrugada que llegaba el último paquete. Esto ocurría en los distritos urbanos; sin embargo, dada la geografía del país, en algunos distritos rurales (conformados por varios municipios) tardaba mucho más. Los resultados del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y los sondeos rápidos funcionaron sin problema.

El PREP opera a partir de la información de las actas de escrutinio y cómputo (con una copia que viene fuera del paquete electoral) que se reciben en los consejos electorales, se capturan y se suben a Internet. La mayoría se computa sin ningún problema, salvo cuando el acta viene dentro del paquete o cuando tiene errores en el llenado de las actas (mismas que serán subsanadas al siguiente miércoles cuando se realiza el cómputo de la elección).

Se entiende que los funcionarios de casillas, que han estado muchas veces desde antes de las siete de la mañana y hasta ya entrada la noche o la madrugada, cometan errores a la hora de contar los votos o de llenar las actas. Todos los integrantes de los consejos distritales (consejeros y representantes de partidos políticos) tienen la oportunidad de constatar la veracidad de los resultados de las actas llenadas por los ciudadanos que integraron las mesas directivas de casilla.

Es lógico que los primeros resultados del PREP sean de las casillas más cercanas al consejo electoral y las últimas sean las de zonas alejadas, rurales o mixtas. Pero la información fluye de forma sostenida y es muy posible conocer las tendencias desde cualquier página con acceso a Internet. Sin embargo, tengo mis dudas de que en las próximas elecciones la información no esté tan expedita dadas las nuevas disposiciones del TEPJF, que analizaremos en la próxima entrega.

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JJ/I