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El ocaso de Márquez

Durante años la afición del Atlas añoró el retorno de Rafael Márquez. Sin duda, una de las grandes ilusiones de todo fanático de un equipo es el regreso de sus ídolos y más cuando triunfan en el extranjero.

Es lo que se dice “el regreso del hijo pródigo”. Actualmente en Chivas existe la esperanza de que vuelva Javier Hernández. Y es que esta especie de jugadores tienen etiqueta de caudillos por conquistar territorios que para otros son intransitables, y así sus hazañas los elevan a la categoría de casi dioses.

En el caso de Rafael Márquez se concretó su vuelta al Atlas luego de muchos años de imaginarlo.

Pese a que era más que evidente que su mejor época con el Barcelona había quedado atrás, pues tras su salida del club blaugrana hizo escala sin éxito en la MLS con los Red Bulls de Nueva York, triunfó con el León, y pasó sin pena ni gloria por el Hellas Verona de Italia, la expectativa por ver a El Káiser enfundado de nuevo con la camiseta rojinegra era grande.

Para el Clausura 2016, el defensa central contaba con 36 años, y aun cuando desde entonces ya se notaba físicamente disminuido, se apelaba al argumento de que se pierde la condición pero no el toque. Lo cual es una verdad y más en un jugador de una técnica tan depurada como la de Rafa, sin mencionar el liderazgo que ejerce en la cancha y en el vestidor.

Han pasado dos años desde su regreso y tristemente la segunda etapa del michoacano con el Atlas no ha representado el revulsivo esperado en un club necesitado de triunfos.

Márquez se ha visto afectado por lesiones, y el año pasado por un fuerte problema legal que sigue sin resolverse, lo que en realidad lo dejaría fuera de la posibilidad de sumar su quinta copa del mundo para igualar la marca del mexicano Antonio Carbajal y del alemán Lothar Mathaeus.

La más reciente participación de Márquez con Atlas es un reflejo de su eclipse como jugador. Mucho se atribuye a que el de Zamora ya no está para desempeñarse como defensa central y que el error es de Rubén Omar Romano por colocarlo en tal zona donde no le alcanza, pero tampoco ha lucido en la media de contención, y ello no justifica sus expulsiones.

Para todos los que admiramos la trayectoria de Márquez lo mejor es recordarlo en la parte más alta, y no con la imagen decadente que proyecta en el Atlas.

@ofares72

JJ/I