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Congruencia, concordancia y matemáticas

El triángulo es la figura perfecta donde todos sus lados se unen con gran exactitud y donde sus ángulos se pueden calcular al igual que sus catetos. Una breve variación en un ángulo cambia el resto de las dimensiones del triángulo.

Por eso, en geometría se le llama congruencia al término bajo el cual un par de triángulos son idénticos uno del otro. El tamaño de sus lados y sus ángulos es preciso.

Congruente, del latín cum gruere, significa coincidir, encontrarse, ser coherente. Una coincidencia perfecta, como los triángulos que tienen tres lados. Así, en la vida, existen tres vertientes: lo que pensamos, lo que hablamos y cómo actuamos. Entre éstas no puede haber variación alguna. Debe haber un acuerdo total, ser concordantes.

Los políticos que hablan y hacen promesas de campaña, los que escribimos cada semana, los que enseñamos a diario, los que educamos o formamos de por vida, debemos ser concordantes porque siempre seremos víctimas del que nos mira, del que nos juzga, del que nos evalúa.

Así lo escribe Guillermo Ortega, al terminar su columna: verba volant, scripta manent recordando a Cayo Tito en el Senado romano, y que significa "las palabras vuelan, lo escrito queda"

Concordancia, del latín cum cordis, significa actuar con el corazón. Es aquí donde inciden en un vértice dos líneas, dos palabras que no son paralelas, sino oblicuas: concordancia y coherencia.

No siempre, si actuamos con lo que nos dice el corazón, somos congruentes con lo que dice la razón. Las escalas de valores cambian cuando de felicidad, libertad, alegría u otro sentimiento primordial se trata. Cuando lo que sentimos y lo que pensamos se dividen entre una misma emoción, empieza a haber contradicciones.

Es difícil conservar la relación y la armonía entre emoción, razón y acción. Si actuamos como pensamos, no siempre hacemos lo que sentimos. Menos aún, cuando una sociedad, la familia o una institución nos marcan un “deber hacer”.

La congruencia no es un conocimiento, es un valor que se desarrolla durante toda la vida y te condena si un día la pierdes. Te rompe como el triángulo que deja sus proporciones.

De aquí la importancia del padre, el maestro, el que escribe, el que forma, el líder que dirige a una sociedad de vivir en concordancia y congruencia, aunque el corazón hable y la razón dirija.

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@Saucedodlallata

JJ/I