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Anaya: los ‘moches’ que vienen

En su encuentro con panistas jaliscienses en el acto donde sus candidatos rindieron protesta, Ricardo Anaya reiteró el discurso que no ha soltado desde hace días: “¡Están desesperados (los priístas), ya no saben cómo levantar la campaña en ruinas de su candidato; y por eso, bajo las órdenes del propio presidente de la República, han emprendido una embestida brutal en mi contra…! ¡Ser el blanco de los ataques del sistema, ser el blanco de los ataques del PRI, ser el enemigo de este sistema, me honra profundamente…!”.

No son pocos los analistas que reprueban el uso faccioso de la PGR en contra del candidato de la coalición Por México de Frente, pero al mismo tiempo le reclaman a éste que aclare las acusaciones que se le imputan. Hoy hago referencia a lo que al respecto escribió ayer el periodista Leonardo Kourchenko en su columna La Aldea (El Financiero), y con quien creo que muchos coincidimos. Dijo:

“Ricardo Anaya no ha sido capaz, hasta ahora, de responder con precisión, claridad y transparencia a las acusaciones. Se contradijo de a quién y cómo le compró; se contradijo del crédito hipotecario original para la compra del terreno, antes de la nave industrial y otras inconsistencias…”.

“Lo que no cuadra es la operación de compra-venta de la que él y sólo él es responsable; quiénes son los dueños originales, quiénes los vendedores posteriores, con qué se financió la instalación de la nave y la fabulosa operación de 10 millones por 54 de ganancia en un plazo muy corto. Por si faltara, la inexplicable aún, vuelta al mundo del dinero (Gibraltar, el Caribe) (…), pero algo incorrecto se hizo ahí y el señor Anaya en vez de responder, presentar títulos y transparentar la operación, optó por la victimización política…”.

Sobre el mismo tema, en su columna Canela Fina (La Razón), Rubén Cortés refiere: “Anaya dice que no compró ni vendió a Barreiro, sino a un parque industrial. Sólo que Barreiro… es dueño de ese parque”.

“En el nuevo lote que compró Anaya en más de 23 millones de pesos (el día que recibió los 54 millones) hoy construye la misma empresa que hizo la nave industrial que Anaya le vendió a Barreiro en 54 millones y que, antes, había medio construido un edificio que una fundación de Anaya vendió en 7.8 millones. Uff: puros millones”.

“Ah, y Anaya promete meter presos a los corruptos. ¿Cómo es que le dicen a eso? Escapar para adelante”.

¿A qué viene lo anterior? A que el escenario que en los próximos días enfrentará Ricardo Anaya tendrá, sin duda, serias repercusiones político-electorales aquí en Jalisco cuyos votos han definido las tres últimas elecciones presidenciales, y que podría provocar que el candidato a la gubernatura del partido Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez, se arrepienta de haber aparecido en un video con el panista en el que antes de abrazarlo dice: “El régimen ya eligió a su enemigo, así que yo ya elegí a mi candidato”.

Y es que fuentes cercanas a la PGR aseguran que el caso contra Anaya va en serio, hasta el fondo y con pruebas contundentes que despejan la creencia de que sólo es un golpeteo político para descarrilar su candidatura, no sólo en este caso de la nave industrial sino en otro que ya el senador Javier Lozano adelantó días atrás y sobre el que se asegura hay evidencias concretas: los moches, cuando él y su grupo eran legisladores federales.

Pero este último caso podría alcanzar, aseguran, a otros personajes del panismo como Damián Zepeda, dirigente nacional, y el actual coordinador de las diputados federales, Marko Cortés, ambos hombres muy cercanos a Ricardo Anaya.

No en vano sus aliados Manuel Granados, del PRD, y Dante Delgado, del partido Movimiento Ciudadano, han sido cautelosos y prácticamente han dejado sólo a su candidato panista. La incertidumbre los agobia.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I