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Meade: el desconocido

Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad
Confucio

 

Llegó algunos minutos tarde a la reunión. El tránsito desde el aeropuerto de Guadalajara hasta el salón en un hotel frente a la Expo impidió que llegara a la hora prevista. Otros participantes de los medios locales fueron llegando también retrasados aduciendo el mismo problema. Mientras, los ayudantes de su campaña fueron informando cada tanto la mecánica: toda la charla será on the record, se pueden tomar fotografías, no hay restricción de temas, pueden preguntar de todo.

Cuando llegó, José Antonio Meade saludó, se quitó el saco y, ya en mangas de camisa, se sentó para dar inicio a la sesión. A su lado, el candidato al gobierno del estado Miguel Castro tomó asiento también en mangas de camisa. Aquí algunos fragmentos de la charla.

Meade espera que no sean las campañas más sucias de la historia, sino que sea una contienda de propuestas, aunque sabe que será una campaña de contrastes. Es ahí donde ve tres perfiles muy diferentes: un candidato que ha vivido como magnate, uno que ha vivido como fantasma y otro que ha vivido conforme a sus ingresos de manera clara durante los últimos 20 años, y cree que eso pesará en el ánimo del electorado en el sentido de a quién le tienen confianza.

Sobre el gasolinazo, dijo que la ley que regula el precio de la gasolina fue aprobada por los integrantes del frente opositor en el Congreso, una parte de ellos en la primera etapa y la otra en la segunda. Durante su tiempo en Hacienda sólo le tocó implementar una última parte, la modificación del impuesto en 2015. Hoy el precio de la gasolina se mueve de acuerdo con los precios internacionales.

Hablemos de Rosario, dijo, cuando se le preguntó por el tema de la estafa maestra de Robles. Al llegar a Sedesol realizó una revisión –independiente a la de la Auditoría Superior de la Federación–, derivándose de sus resultados el señalamiento y cese de más de 400 funcionarios. Cada quién debe asumir la responsabilidad que le corresponde.

Caso Anaya

Sobre Ricardo Anaya fue muy claro en que cada quien elige su camino. Fue él quien decidió vivir con lujos en el extranjero, él quien compro una planta industrial y él quien hizo malabares para venderla. Ahora deberá aclarar cómo hizo todo eso con sus ingresos. Son explicaciones que debe al público.

El desconocido

Meade fue muy claro al explicar que, para que la democracia funcione, deben construirse espacios de equidad que implican diferentes momentos en las campañas. Es hasta el 30 de marzo cuando pueden salir los candidatos a convencer al electorado de que son la mejor alternativa. Entre el 11 de febrero y hasta esa fecha sólo pueden hacer presentaciones en reuniones privadas, sin llamar al voto ni teniendo una comunicación masiva. Entre el 14 de diciembre y el 11 de febrero fue posible hacer un diálogo sólo con militantes.

En teoría, antes del 14 de diciembre pasado nadie podía hacer campaña y ése es el modelo que se construyó para asegurar equidad; sin embargo, hubo dos excepciones: Andrés Manuel López se quedó con todos los spots de su partido y tenía 3.5 millones de mensajes acumulados en los últimos años hasta ese día. De igual forma, Ricardo Anaya sumó 1.4 millones de spots. En ambos casos, los destinaron a promover sus personas, lo cual implica una inequidad en el arranque de unas campañas que, se supone, todavía no empiezan.

A decir de Meade, aunque no ha utilizado dinero público para promoverse, es el que más ha crecido y aún no comienzan las campañas. Espera que después del 30 de marzo, cuando explique su propuesta para los siguientes seis años, logrará remontar en las preferencias y ganar la elección. ¿Le alcanzará el tiempo? Ya lo veremos.

@BenitoMArteaga

JJ/I