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Alemania regresa a México dos antiguas piezas prehispánicas

(Foto: Notimex)

Dos piezas arqueológicas de tres mil años de antigüedad de la Cultura Olmeca, que se encuentran desde hace años en Alemania, fueron entregadas hoy a representantes de México para regresar a su país de origen después de una larga batalla legal.

Por su factura, antigüedad y singularidad son muy importantes para el patrimonio cultural de ese país.

La coordinadora nacional de Asuntos Jurídicos del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), María Villarreal, expresó su entusiasmo y satisfacción por la recuperación de las piezas.

Fue una acción conjunta del INAH con la cancillería mexicana y el abogado Robert Kugler, quien estuvo a cargo de proceso jurídico. "Se corona un esfuerzo importante y un precedente importante en favor de México".

La entrega se llevó a cabo en el Museo Colección Estatal Arqueológica en Munich por parte de su director, Rupert Gebhard, a la funcionaria Villarreal y al embajador de México en Alemania, Rogelio Granguillhome.

"Este caso sienta un gran precedente porque México argumentó en términos de la legislación mexicana que es el propietario de estas piezas. En el juicio civil en Alemania pudimos acreditar esa propiedad", señaló Villareal.

Se pudo confirmar asimismo que el presunto propietario de las piezas tenía posesión de ellas de manera ilegal. El Tribunal decidió reconocer la propiedad de México en virtud de que él no pudo a su vez acreditar la suya.

El presunto dueño argumentó que había adquirido la propiedad a través de una prescripción requisitiva. Por el contrario, México acreditó las circunstancias de modo, tiempo y lugar que esas piezas salieron del país.

Las piezas proceden de un sitio arqueológico en México que se llama El Manatí en Veracruz. "Son piezas olmecas que salieron alrededor de los años 80. Sabemos que son de este sitio porque solo existen 13 piezas más con las mismas características", dijo.

Puntualizó que hay una explicación de los científicos sobre cómo se pudieron conservar tres mil años en un terreno pantanoso y acuoso. Fueron enterradas envueltas en una especie de petate o fibras parecidas al tule.

Además estaban acompañadas con una serie de elementos más como cuchillos de piedra, báculos de madera, como hacían los entierros humanos. Esos elementos, junto con la fibra que envolvía estas piezas, impidieron el paso del oxígeno y que se proliferaran microorganismos que dañaran la estructura.

Además, el agua que corría por el lugar las mantuvo siempre en la misma temperatura, es decir, en una temperatura estable.

Para su regreso a México van perfectamente embaladas y serán transportadas el jueves próximo.

El Estado mexicano financió el proceso legal, que duró en total 10 años.

 

GE