Maestro de cantera

Hugo Díaz de la Paz ha terminado su ciclo en el Club Guadalajara, pero le queda la satisfacción de haber aportado su talento para crecimiento de la institución.

De 1972 a 1982 jugó para un equipo que deambulaba entre los últimos lugares de la tabla general y algunas veces coqueteaba con la grandeza de otros años.

Al retirarse como jugador, comenzó su faceta de técnico en las categorías juveniles, de 1994 hasta 2004. Eran tiempos en los que el Guadalajara estaba rezagado en el trabajo de fuerzas básicas.

Con la llegada de su compañero y amigo en aquellas Chivas Flacas, José Luis Real, en 1996, se forjó la generación que le daría un giro a Chivas entre 2003 y 2006.

“Al terminar mi etapa como futbolista fui entrenador en Chivas, estuve en todas las categorías hasta reservas profesionales, ahí tuve jugadores que estaban muy cerca de llegar a Primera División, incluso trabajé cinco años con la generación del Chore Mejía, Omar Esparza, Chicharito, Sergio Arias, Marco Fabián, Pato Araujo y Carlos Vela. A muchos de ellos lo vi debutar”.

“Creo que por la manera en que se trabaja aquí, es una de las mejores instituciones en México por sus logros con jóvenes”.

Al llegar el holandés Hans Westerhof, Díaz fue reubicado en el organigrama y pasó a otra área más productiva para él y el club al convertirse en visor, actividad que ya hacía con Real.

 “De los jugadores que tuve la satisfacción de invitar y que se ganaron un lugar en el Guadalajara están Omar Bravo, el máximo goleador en la historia de Chivas, Maza Rodríguez, Carlos Salcido, Alberto Medina, Mario de Luna, Xavier Báez, Carlos Fierro y Jesús Godínez, entre otros. También participé en el reclutamiento de Eduardo López”.

JJ/I