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Reafirma amor por la Tierra y su movimiento

Publicación. Solamente existen 200 ejemplares de Los terremotos no matan, los edificios sí, aunque Yair López asegura que pronto estará completo y a color a través de su página web. (Foto: Alejandra Carrillo)

Para el artista contemporáneo tapatío Yair López, la graduación de todo un ciclo de creación sobre el movimiento de la Tierra y la poesía, que se oculta en ella a través de varios soportes, fue cuando tembló el 19 de septiembre en el país, sobre todo en la zona centro y sur. Ese día, cuando el sismo lo tomó por sorpresa, estaba escribiendo las últimas páginas de su libro: Los terremotos no matan, los edificios sí.

“Sentí cómo la Tierra se movió de manera poco usual, en la Ciudad de México se guían mucho por la Alarma Sísmica, que por cierto ya había sonado una vez ese día para el simulacro”, platica López en el libro, “la alarma no tuvo tiempo de avisar, puesto que el epicentro fue muy cercano, cuando les dije que estaba temblando apagaron el comal. Yo me asusté, porque días antes hubo otro sismo y, aunque era imposible que fuera una réplica porque había pasado mucho tiempo ya, siempre está el miedo latente”.

“Los gritos de las personas me dieron pánico, aterradas en los pisos superiores de los edificios gritaban toda clase de arrepentimientos, plegarias y oraciones”, continúa narrando en la página 138 de Los terremotos no matan, los edificios sí. “Nosotros llorábamos en silencio, ante el acontecimiento, nos tomamos las manos con una ternura sobreprotectora. Al momento que terminó, un silencio ahogó el entorno por un par de segundos, entré por mi teléfono y de inmediato hice una publicación, reportándome a salvo”.

Hasta entonces, Yair López había trabajado sobre todo a través de investigaciones, textos académicos, una maestría en Geofísica con la Universidad de Guadalajara y especulación que habían dado vida a varios trabajos, sobre todo de experimentación sonora. Pero ese día lo sintió de verdad, y vivió el miedo, la ansiedad y la hipocondría del después.

Así cerró el libro recientemente publicado por el Taller de Ediciones Económicas como parte de la beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) con la que desarrolló varios proyectos con la misma inquietud. El libro de alguna manera intenta resumir todo el interés que le despertó el movimiento de la Tierra a partir de 2014, cuando en uno de los edificios de Tlatelolco colgó una manta con un letrero que decía lo que dice el título del libro.

“Aquí están algunas de las piezas que hice al respecto”, contó en entrevista, “están ahí las bases o los antecedentes de cuando yo empecé a trabajar con este tema… cuando estaba escribiendo el libro estaba en la Ciudad de México, escribiendo, me paré a estirarme, cuando sentí el movimiento del piso. Nunca me había tocado un temblor tan fuerte, nos agarramos de las manos y contuvimos las lágrimas de escuchar la desesperación de las personas que alrededor se organizaban para salir de los edificios. Siendo sismólogo, vivir eso me marcó muy fuerte, pero fue como la experiencia que faltaba, toda mi obra es anecdótica y esto sólo nutrió lo que hasta ahora había hecho”.

Trabajando con los sismogramas como partituras, la experiencia de quienes vivieron el terremoto de 1985 y lo aprendido en la academia, estudiando Geofísica en la Universidad de Guadalajara, estudiando la Tierra en buques internacionales y de la Marina, así como las múltiples lecturas al respecto que vienen desde la literatura, López detona sus piezas.

“Hoy mi relación con muchas cosas ha cambiado, tiene que ver con la Tierra, con mi cuerpo, conmigo mismo, todas estas piezas influyeron para que cambiara como veo sobre todo los procesos, me pasaron cosas curiosas como estar dormido y resolver ecuaciones, me apasiona tanto el tema que quiero ir más allá, encuentro mucha poesía dentro de toda esta actividad, mucho que habla sobre nosotros y sobre el lugar en el que vivimos”, dijo sobre su relación con la Tierra después de todo este trabajo.

“Dentro del libro hay poemas que hice cada determinado tiempo. Todo tiene que ver con lo que viví, puse citas que me gustaron de artistas sonoros y de científicos… es como una pincelada. Esas cosas me apasionan. Creo que vivirlo te cambia, me marcó. Eso es importante para mí, que esté ahí en el libro”.

Durante la beca del Fonca, Yair López también realizó dos piezas electroacústicas en vivo y un documental sobre la Tierra, sin diálogos. El proyecto no acaba aquí y este recuento el próximo año ya será incompleto porque el artista guarda consigo todavía mucho material para piezas que desarrollará en el futuro sobre el mismo tema.

El libro conceptualmente es un barco y se divide en proa, estribor, babor y popa; también incluye imágenes y registro gráfico de muchos de los trabajos. Solamente existen 200 ejemplares, aunque el autor asegura que pronto estará completo y a color a través de su página web. Algunos de los libros se distribuyen en tiendas como Nimia en Guadalajara.

Apoyo

El libro se realizó con apoyo del Fonca a través del Programa Jóvenes Creadores 2016-2017

“Nunca me había tocado un temblor tan fuerte, nos agarramos de las manos y contuvimos las lágrimas de escuchar la desesperación de las personas que alrededor se organizaban para salir de los edificios”

“Hoy mi relación con muchas cosas ha cambiado, tiene que ver con la Tierra, con mi cuerpo, conmigo mismo”

“Dentro del libro hay poemas que hice cada determinado tiempo. Todo tiene que ver con lo que viví, puse citas que me gustaron de artistas sonoros y de científicos… es como una pincelada”
Yair López, artista

FV/I