Precoz talento robótico

Tiene sólo 14 años y es un apasionado de la robótica. Su vida no es la de un joven adolescente de su edad; él cambia las fiestas y la diversión por algo que va más allá de la visión de un joven que cursa el tercer grado de educación secundaria. La robótica es los que hasta hoy lo ha hecho ser un joven jalisciense destacado en la materia y lo supo desde que a su secundaria llegó el taller de ésta.

Su nombre es Gerson Esquivel García un joven que, según narra su mamá, Rosa García: “desde bebé tuvo un carácter muy fuerte; tenía tres años y no hablaba y desde que empezó a ir al kínder fue un niño muy perfeccionista que no toleraba siquiera ir con una prenda faltante de su uniforme”.

Fue hasta que Gerson empezó su formación académica primaria que sus padres detectaron que era diferente. A sus clases habituales había que añadirle sopas de letras, crucigramas o actividades extras pues el chico de escasos seis años acababa sus actividades más rápido que todos, lo cual generaba un estado de aburrimiento dado el tiempo de sobra que el pequeño Gerson tenía.

Fue incluido en talleres de estimulación temprana, natación y demás actividades que le ayudaran a canalizar esa inquietud. “Ir de vacaciones con él era un problema pues lo que para nosotros era descansar para él no. Ir a la playa era genial pero visitar Mazamitla, ver películas, estar descansando, para Gerson era imposible. Siempre tenía que estar haciendo algo, juegos de mesa, serpientes y escaleras, lotería, en fin, algo tenía que estar haciendo”, narra su mamá.

Fue en la primaria cuando por recomendación de una conocida Gerson fue llevado a Lapsi, un programa de la Universidad de Guadalajara mediante la Facultad de Psicología en donde tras varios estudios y exámenes descubrieron que Gerson era un niño superdotado, con IQ de 130.

Así empezó la travesía de este joven casi bachiller que hoy se ve inmerso en el mundo de la robótica como pocos en México. Sus logros, desarrollo y capacidades han quedado de manifiesto en distintas justas estatales, regionales, nacionales a internacionales, con un viaje a España en su haber donde tuvo frutos exitosos que lo hacen no sólo un chico especial, sino un joven de 14 años que basta con poner su nombre en Google para saber de él.

“Siempre me sentí diferente. Desde mi nombre que nadie lo decía bien y muchos lo escribían mal. Para mí me generaba mucho aburrimiento acabar pronto en las escuela mis actividades, eso y el entender rápido las cosas y acabar primero que todos pues me causa problemas: apodos, burlas y de esas cosas, pero ya no me afectan”.

Gerson, por ejemplo, en su anterior examen de matemáticas acabó con 40 minutos de sobra pues la prueba le quitó sólo cinco minutos. “Muchas veces pues voy un paso adelante del maestro que si anuncia el tema del día siguiente yo investigo y leo un poco y cuando da la clase pues ya se todo”.

No sabe la carrera específica que quiere cursar pero está seguro de que será alguna ingeniería. Armar robots para Gerson es más que una materia o ciencia o incluso competencia, es plasmar en un robot sus sueños y ver esos deseos realizados mediante un artefacto que hace lo que él le dice con una previa programación.

Su paso por la robótica

Todo empezó por un taller de esta materia en su secundaria. En mayo de 2017 compitió a nivel regional donde su equipo quedó en sexto lugar. De ahí vino la justa estatal en la que Gerson obtuvo el segundo puesto, para que así, tras un entrenamiento intensivo, fuera seleccionado para acudir a una competencia internacional en España donde el tapatío se midió ante jóvenes de diferentes países. Ahí Gerson y su equipo obtuvieron el segundo lugar.

La prueba más reciente ocurrió la semana pasada durante el Talent Land donde obtuvo un segundo lugar.

Pero eso no es todo, apenas ayer el adolescente fue notificado como convocado al Mundial de Robótica en Nuevo México por lo que en breve iniciará sus preparativos para adecuar y precisar lo necesario para traerse la medalla.

Su inteligencia va más allá y es que Gerson además domina el inglés desde los 12 años, sostiene conversaciones en francés, estudia portugués e italiano y afirma: “yo voy por más”.

JJ/I