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Qué bronca con 'El Bronco'

Que Jaime Rodríguez Calderón El Bronco fuera resucitado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no convenció ni a la presidente de ese órgano, Janine Otálora.

La magistrada fue contundente cuando señaló que le hubiera gustado votar a favor, porque cree que las candidaturas independientes son importantes y que la diversidad de opciones políticas fortalece la calidad de la democracia; sin embargo, desde su punto de vista en este caso no hubo manera de acreditar que las firmas de El Bronco fueran válidas.

Los magistrados que votaron a favor se ganaron el reproche de Otálora porque respaldaron una aspiración, política aunque hay evidencias de que recurrió a acciones que no se apegan a derecho.

Los cuestionó porque como Tribunal Electoral no deberían pasar por alto actos que denoten cualquier tipo de incumplimiento a las normas, como tampoco permitir que quienes aspiren a cualquier candidatura para ocupar un cargo de representación popular realicen acciones que cuestionen su ética y su compromiso con la democracia.

Otálora descarta cualquier presión política en la decisión que tomaron quienes votaron a favor. Pero resulta que Felipe Fuentes, José Luis Vargas, Mónica Soto, tres de los cuatro magistrados que le dieron revés a la decisión del INE, están vinculados al PRI. El cuarto, Indalfer Infante, llegó al cargo bajo el padrinazgo de Ricardo Monreal Ávila cuando éste era legislador.

Por si fuera poco, el único que le dio la bienvenida a la contienda fue José Antonio Meade, el candidato sin partido, pero que representa al PRI.

Las razones jurídicas que expusieron los magistrados que regresaron a El Bronco a la contienda no convencen frente a los argumentos de los consejeros del INE, pero las decisiones del TEPJF son inapelables y hubo que acatarlas.

A lo que no los obligó el tribunal fue al silencio, así que el consejero Ciro Murayama, en una sesión urgente, desgranó lo que encontraron en las firmas del independiente norteño: muertos, duplicados, fotocopias, simulaciones y credenciales que no son de elector.

Benito Nacif, presidente de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE, reclamó al TEPJF porque no abona a la certeza respecto a la forma en que ambos órganos, que son las autoridades electorales, resuelven asuntos similares en los cuales se encuentran inmersos el ejercicio de derechos y la salvaguarda de principios constitucionales. En pocas palabras llamó incongruentes a los magistrados.

El presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, también hizo público su desacuerdo, pero como las sentencias se acatan dejó a la opinión pública, a la academia y a los especialistas juzgar los alcances de la decisión. De hecho hizo énfasis en la recomendación de que es pertinente someter a análisis la resolución del tribunal, porque de eso se trata la democracia.

Por supuesto que la polémica anda a todo galope: para el jurista e investigador de la UNAM Diego Valadés la noticia electoral siembra desconcierto y alimenta la desconfianza y reprocha el mal servicio que hizo el tribunal; Héctor Aguilar Camín publicó en Twitter que dicha institución destruyó la poca credibilidad que le quedaba al avalar las trampas del aspirante, mientras que para Enrique Krauze la justicia quedó desacreditada.

Así, la opinión es casi unánime: El Bronco regresó a la boleta electoral por razones políticas y no jurídicas.

Por si fuera poco el escenario de incertidumbre que ya empaña al proceso electoral, el INE y El Bronco llevaron su guerra a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales.

El instituto ahora quiere que se investigue el financiamiento del aspirante bajo la presunción de que algunos millones pueden ser ilícitos; El Bronco dice que lo demandará porque denigró su persona, el proceso electoral en general y particularmente el de los independientes.

Y mientras ellos se bronquean, la sociedad recibe señales de que se puede ganar con el juego sucio, de que las decisiones a modo pasan por encima de la ley, de que las autoridades electorales tienen nociones muy distintas de lo que es la legalidad y de que se enlodó el mandato constitucional de que cualquier ciudadano puede ser votado.

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JJ/I