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Ciudad Creativa, pero de irregularidades

La Ciudad Creativa Digital (CCD) surgió como un proyecto en la administración pasada. Fue el gesto del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa hacia el ex gobernador panista Emilio González Márquez. Los gobiernos priístas local y federal no sólo lo redujeron, también lo han convertido en una montaña de irregularidades.

Hace más de seis años, a finales de enero de 2012, Felipe Calderón anunció que la zona del parque Morelos de Guadalajara se convertiría en el “corazón verde digital”, con una atracción de inversión de alrededor de 10 mil millones de dólares. El entonces gobernador, Emilio González, dijo que sería el “Hollywood de las artes digitales”.

Terminaron las administraciones y tanto a escala nacional como local vino la derrota para el Partido Acción Nacional (PAN). La Ciudad Creativa Digital no era el proyecto prioritario del nuevo gobierno federal que encabezaba el presidente Enrique Peña Nieto, quien apostó por la Línea 3 del Tren Ligero.

Lo anterior no significó el abandono por completo. El gobierno estatal, encabezado por el priísta Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, decidió reducirlo y darle continuidad. Esto significó también una oportunidad para que empresarios locales se involucraran, con una visión de intereses más directa, dejando a un lado las expectativas de 2012.

Este cambio se evidenció con el anuncio de la empresa Bosch, la primera importante que se había instalado en la zona, de retirarse, ante la lentitud en la implementación. Las autoridades locales no parecieron preocuparse, pues paulatinamente fueron transformando el proyecto de innovación y de reconversión social en planes inmobiliarios.

Eso no ha sido lo peor. Las irregularidades que se han ido descubriendo en el manejo de CCD son escandalosas, y eso que todavía faltan los resultados de la revisión que se ordenó desde el gobierno del estado, a través de la Contraloría.

NTR Guadalajara, en colaboración con 44Lab, dio a conocer que la construcción del edificio principal se le otorgó a una empresa fantasma. El domicilio que quedó registrado en el padrón de contratistas del gobierno del estado estaba en un evidente abandono cuando fue visitado en dos ocasiones, además de que los dos domicilios que aparecen en la página web de la empresa son pequeñas viviendas en la ciudad de Colima, donde nada saben de los constructores.

Lo anterior, además de la simulación en el concurso para la adjudicación de la obra, pues hay varias empresas que tienen a los mismos socios y hasta se dieron de alta el mismo día. Aunque la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP) intentó desmentir esta situación, los documentos registrados por los dueños de la empresa fueron contundentes.

También están los cargos que por más de 10 millones de pesos fincó la Auditoría Superior del Estado de Jalisco (ASEJ) al Fideicomiso Maestro de Ciudad Creativa Digital. Entre las irregularidades, aparece que 250 mil pesos debieron usarse para financiar proyectos de innovación, pero funcionarios se los gastaron en restaurantes, viajes y hasta en un spa.

Esto, sin contar la invasión de tres predios, en el corazón del proyecto, un descuido que costó al fideicomiso casi 300 mil pesos para la contratación de un despacho que llevara la defensa legal, de los cuales 100 mil se utilizaron para el desalojo de los inmuebles. Lo curioso es que la ocupación ilegal fue hecha por una empresa debidamente registrada.

Las dudas por el manejo de los recursos de CCD aumentan y donde se abre una puerta se encuentran anomalías. Hay que esperar si habrá consecuencias y se establecen responsabilidades.

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FV/I