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Golpe a la democracia

La reincorporación de Jaime Rodríguez Calderón al proceso electoral como candidato independiente a la Presidencia de la República decidida por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) constituye un despropósito monumental que tendrá graves repercusiones en la credibilidad de los árbitros electorales, en un momento más que inoportuno, pues México enfrenta las elecciones más difíciles de su historia.

La resolución es tan controversial que no obtuvo el voto unánime de los siete magistrados que integran la Sala Superior del TEPJF; entre los tres que votaron en contra se encuentra su presidente, Janine Otálora Malassis, quien admitió que en el caso de El Bronco no pudo acreditarse que las firmas obtenidas fueran válidas, tal como lo señaló el Instituto Nacional Electoral (INE).

No sólo eso es del conocimiento público que tres de los cuatro magistrados que votaron a favor de regresar al controvertido político a la contienda –Felipe Fuentes, José Luis Vargas y Mónica Soto– están plenamente vinculados al PRI, lo que acrecienta las sospechas de que la jugada del TEPJF tiene como propósito perjudicar a uno de los candidatos, contra quien El Bronco ya dirigió sus baterías.

‘Bronco’ tramposo

En su momento, el INE dio a conocer las irregularidades encontradas en las firmas presentadas por el aspirante presidencial: simulación de credenciales para votar, uso de fotocopias de la identificación oficial y credenciales que no son de elector. Se llegó al extremo de presentar firmas e identificaciones de ciudadanos que ya están muertos.

Además, hay una investigación abierta en torno al financiamiento obtenido por el gobernador con licencia, pues se presume que una parte del dinero utilizado en su campaña para recabar firmas es de procedencia ilícita. El INE revisa posibles anomalías en gastos realizados sobre todo para propaganda, en los que pudieron emplearse recursos públicos del gobierno de Nuevo León. El caso está en manos de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales.

A pesar de las mentiras y trampas empleadas por El Bronco, documentadas y denunciadas por el INE, y suficientes para descalificarlo y dejarlo fuera de la lucha electoral, el TEPJF decidió perdonarlo, darle oxígeno y colocarlo en la boleta junto con los otros cuatro contendientes.

Credibilidad dañada

La decisión tomada por los cuatro magistrados del tribunal representa un duro golpe para la incipiente democracia mexicana. La criticada resolución lastima la credibilidad del INE y pone en duda la independencia del propio TEPJF. A nadie sirve la confrontación entre los dos órganos electorales que habrán de calificar y certificar las elecciones. Los argumentos esgrimidos para resucitar a El Bronco son endebles, basados más en intereses políticos que en criterios jurídicos, lo cual lejos de abonar a la credibilidad propicia la incertidumbre.

En un acto de dignidad la magistrada presidente, Janine Otálora, condenó la falta de ética de Jaime Rodríguez Calderón al advertir que “no podemos permitir que quienes aspiren a cualquier candidatura para ocupar un cargo de representación popular realicen acciones que cuestionen su ética y su compromiso con la democracia”. No puede tener más razón, lo sucedido siembra la desconfianza.

El reconocido jurista Diego Valadés resumió en breves pero demoledoras palabras el negro episodio que acaparó la atención de los medios dentro y fuera de México: El Bronco infringió la ley, tendría que estar sentenciado y en la cárcel y no en la boleta electoral.

 

Verba volant, scripta manent

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@GOrtegaRuiz

JJ/I