INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Su muerte y la pesadilla

Octavio Paz fue un hombre de su siglo y supo aprovechar, de manera efectiva, las circunstancias históricas que le rodearon. Su abuelo había luchado en las filas mexicanas contra la intervención francesa y, luego, fue partidario de Porfirio Díaz; después se opuso a su dictadura. Fue un novelista, pero sobre todo un periodista, hoy casi olvidado, excepto porque alguna calle que lleva su nombre. Su padre fue secretario de Emiliano Zapata y de alguna manera está inmerso en la lucha de la Revolución mexicana, sin figurar claramente en la historia oficial.

Paz logró –al igual que Alfonso Reyes– aprovechar su circunstancia y su oportunidad histórica; y al paso del tiempo se hizo de un nombre propio y logró una obra, ahora sabemos que perdurable.

Hace 20 años que murió Octavio Paz, unos días antes de su muerte, en un sueño inquietante, tuve esta visión, que aún hoy no atino a descifrar:

“A mi casa viene el Gran Gurú. Viene a despedirse ya que su fin está próximo. Me encuentra acompañado de un amigo. El Gurú nos saluda y nos dice que el cáncer lo acaba, que ya no tiene remedio, que su fin...

Miro entonces su rostro: sé que no está triste, que ha vivido sus 80 años dignamente. Está más bien feliz. Pero. Su rostro demacrado es insufrible.

Abusando de su amabilidad, mi amigo le pide permiso para leerle un poema. Él escucha con atención. Nos mira. Como me es inevitable, yo busco en el arcón. Regreso a la mesa cuando algo dice el Gran Gurú.  Le digo que si puedo leerle un poema. Asiente, amable. Me pongo los anteojos. Comienzo. Me equivoco. Pido disculpas y vuelvo a comenzar. Me pongo más nervioso. Me equivoco. Pido disculpas y logro avanzar apenas dos líneas. Le suplico que me perdone, que estoy muy nervioso. Que.

Ahora es él quien habla:

–De las líneas que he podido adivinar digo que no  estoy de acuerdo con la conjunción copulativa e.

Se levanta de la mesa: sale y se pierde en la oscuridad.

victormanuelpazarin.blogspot.mx

JJ/I