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Rafa, el punto final

La noche de un sábado 19 de octubre de 1996 el entonces técnico de Atlas, Efraín Flores había decidido debutar a un joven defensa central procedente de Zamora, Michoacán. Rafael Márquez Álvarez.

Con tan solo 17 años de edad, Márquez apareció en la alineación titular de los rojinegros que era integrada por jugadores experimentados en la posición natural del michoacano como Pablo Lavallén y Héctor López.

Un difícil compromiso para un novato que al minuto 11 vio cómo su equipo estaba abajo en el marcador, pero que estuvo cobijado por sus compañeros y sobrellevó las acciones durante los 90 minutos en los que ganó confianza en un partido que terminaría con empate de 2-2.

El mismo escenario en el que jugó su primer partido en el Máximo Circuito como futbolista profesional será mañana en el que Márquez se despida de su afición antes de cerrar con Pachuca en el Estadio Hidalgo, y posiblemente con la selección para participar en su quinto mundial.

Mucho se puede hablar de la trayectoria de Márquez como el jugador mexicano que está a la par de los triunfos de Hugo Sánchez a nivel internacional. Solo dos pueden presumir de haber conquistado el Viejo Continente con dos clubes históricos y exitosos como el Barcelona y Real Madrid.

Sin embargo, como todo ser humano también tuvo sus errores en la parte deportiva que impidieron que sobre todo con la selección nacional pudiera trascender como él y sus seguidores hubieran querido.

Así como su paso ganador por Mónaco y Barcelona es incuestionable, con el Tricolor quedó en deuda desde el primer Mundial en Corea-Japón 2002 en el que ya como capitán se hizo expulsar ante Estados Unidos en Octavos de Final. O en 2006, en el juego contra Portugal en el que interceptó con una mano el balón que derivó en un penalti. O la expulsión en un juego de eliminatoria mundialista en 2009 contra Estados Unidos.

Márquez sin duda es un ejemplo de su generación y de las nuevas, pero ese liderazgo tan admirado también rayó en el protagonismo en la era La Volpe para dejar fuera a Cuauhtémoc Blanco del Tricolor, lo mismo que su influencia en el vestidor rojinegro en la triste época de Gustavo Costas.

La carrera de Rafa llega a su fin, y comienza otra etapa en la que deberá dirigir su talento e inteligencia a mejorar mucho al futbol mexicano y a su Atlas, y ojalá, a no repetir los errores como jugador.

 @Ofares72

JJ/I