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¿Suben o bajan?

Ricardo Anaya soltó una buena lana para aparecer en Google como el ganador del primer debate presidencial ¡cuatro días antes de que se realice!; Andrés Manuel López Obrador desairó el horario asignado para ensayo porque dice que con lo que ha hablado ante la gente basta y sobra; José Antonio Meade Kuribreña aseguró que después del encuentro será el puntero en las encuestas y que él mero es el bueno para debatir; Margarita Zavala no va contra ninguno, serán ella y sus propuestas, y a El Bronco le dio igual ser el telonero.

Así andan los ánimos para el domingo 22 cuando los cinco aspirantes se encontrarán en el Palacio de Minería, en la Ciudad de México.

En los papelitos calientes del sorteo del Instituto Nacional Electoral (INE) resultó que quien abrirá la participación del ejercicio será el independiente Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón.

El que cerrará después de casi dos horas de responder preguntas de los moderadores y confrontar propuestas e ideas será Meade Kuribreña.

El Consejo General del INE decidió que los candidatos participarán en tres bloques: el primero, Seguridad pública y violencia; el segundo, Combate a la corrupción e impunidad, y por último, Democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad.

Cada bloque estará dividido en dos segmentos: en el primero se privilegiará la interacción entre moderadores y aspirantes, y en el segundo, la interacción entre todos los candidatos.

En el afán del rating, el INE hasta le puso algo de misterio al asunto de los moderadores. Los contendientes no sabrán con antelación si será Denise Maerker, Azucena Uresti o Sergio Sarmiento quien les hará los cuestionamientos. Además, para conservar la secrecía del orden de estos periodistas, sus nombres se pusieron en un sobre sellado y certificado para ser abierto el mismo día del debate. La idea es evitar intervenciones memorizadas, discursos secuenciados o evasivas deliberadas.

El INE dice que tienen gran expectativa en los tres moderadores para quitarle lo acartonado al ejercicio. Van a poder formular preguntas directas a los candidatos y los podrán interrumpir para que vayan al grano y no se aparten de los cuestionamientos que se están haciendo.

En suma, la autoridad electoral se esmera en afirmar que el formato del debate toma experiencias de carácter internacional y los resbalones con los formatos rígidos.

Peeero, si el INE está tomando como prueba el ejercicio que hicieron los aspirantes al gobierno de la Ciudad de México en su primer debate, para el encuentro del domingo se está escribiendo un mal prólogo.

Los siete que aspiran a gobernar la capital dieron un debate sin ritmo, apegados a un guion establecido; Marco Rascón, del Partido Humanista, de plano acabó directamente leyendo del papel y los espectadores se enfrascaron en una lucha contra el aburrimiento seguramente disipada por la cantidad de memes en tiempo real que comenzaron a circular en las redes sociales.

Ahora bien, la dinamita contra la aspirante de Morena Claudia Sheinbaum, que fue el blanco de los ataques del resto de los contendientes, refuerza lo ya por demás evidente: en el debate de presidenciables todos irán contra López Obrador, de hecho él mismo sabe que así será y está entre dos opciones: no engancharse o ir duro contra ellos, al fin y al cabo ya empezó a soltar unas cuantas patadas, pero ya se verá cual elige.

En cuanto a los temas, la inseguridad seguro la restregarán a Zavala por la guerra contra el narco emprendida por Felipe Calderón, y de corrupción sobrará tela de dónde cortar: de qué vive éste, la estafa maestra que implicó al otro, el presunto lavado de dinero de aquél, el fraude con las firmas de independientes, etcétera, etcétera.

Ojalá que el debate no sea un show y que, como han insistido el INE y algunos candidatos, sirva para contrastar, para atender lo que cada uno propone; sin embargo, todo apunta a que el golpeteo superará a la sustancia y que por lo menos con López Obrador y El Bronco habrá mucha jiribilla. Como sea, dedíquele su tiempo, habrá que verlo y esperar el día después: o suben o bajan.

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JJ/I