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Comey, mentiras y verdades

En mayo de 2017, cuando fue despedido por el presidente Donald Trump como director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), James Comey empezó a escribir un libro autobiográfico. Una lealtad superior: verdad, mentiras y liderazgo, título que hace referencia a la solicitud de lealtad personal pedida por Trump en reuniones a solas con él, poco comunes entre personajes con dichos cargos, dada la independencia que ambas oficinas deben mantener.

Con una estatura de 2.03 metros –envidiada por cualquier basquetbolista–, James Comey narra en su libro pasajes de su vida desde su infancia, su inflexible compromiso por la verdad, así como la ocasión que se enteró de su renuncia del FBI en un monitor mientras dirigía un discurso a empleados de la oficina en Los Ángeles el 9 de mayo de 2017, y los eventos posteriores. Los capítulos álgidos son los que describen su breve relación con Trump y la descripción de la personalidad del presidente estadounidense.

En su primer encuentro en la Torre Trump con el presidente electo con varios funcionarios encargados de seguridad nacional, Comey es elegido para exponer al presidente la circulación de un expediente (dossier Steele) sobre su persona relacionada con actos inapropiados con los rusos y algunas conductas sexuales inapropiadas. Dicha reunión fue descrita por Comey como una “experiencia fuera del cuerpo”. En encuentros posteriores se mantuvo en su posición original de ser muy franco con el presidente, siempre decir la verdad, pero nunca aceptó lealtad hacia su persona, lo que implicaría aceptar subordinación.

Resultado de sus encuentros, Comey compara al presidente Trump con un subjefe de la mafia, Salvatore Sammy El Toro Gravano, quien testificó contra John Gotti y otros miembros de la mafia, y que fuera liberado de prisión en marzo. Comey conoció bien a Gravano, pues fue parte de la fiscalía durante su juicio. Escribe Comey: “… intentan hacer de cada uno de nosotros una amica nostra, un amigo nuestro. Para atraernos” y “… de repente tuve la sensación de que, en un abrir y cerrar de ojos, el presidente electo estaba tratando de hacernos a todos parte de la misma familia”.

Esto se le reveló con mayor fuerza cuando, en un convivio en la Casa Blanca con las fuerzas de seguridad que resguardaron su toma de posesión, Trump llamó al frente a Comey, quien intentaba pasar inadvertido, le dio un abrazo y se le acercó al oído, acto que sus hijos comentaron que más parecía un beso (un gesto que recuerda a los jefes de la mafia, pensó Comey).

Antes de entregar el libro para su publicación, Comey tuvo que someterlo a la censura del FBI, por haber sido su empleado en esa agencia, para verificar que no publicara información confidencial o que pusiera en peligro la seguridad nacional. Por ello, se especula que Comey no dijo todo lo que habría que decirse de Trump, y que dejó muchos detalles importantes fuera del texto.

El libro ha sido muy criticado por seguidores de Trump, aunque muchos de ellos ni siquiera lo han adquirido, menos leído. Si bien a la fecha se han escrito libros tanto a favor de Trump (Entender a Trump por Newt Gingrich y Multimillonario en las barricadas por Laura Ingraham) como en contra (Fuego y furia de Michael Wolff o La ruleta rusa de Michael Isikoff y David Corn), ninguno ha tenido tanto éxito como el de Comey.

Parece que el libro fue escrito movido por venganza, aunque lo que queda de manifiesto es la confirmación de la personalidad psicótica, manipuladora y poco ética de Trump.

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JJ/I