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Alcaldes: el fracaso en seguridad

En medio de una magna concentración de casi 10 mil manifestantes para exigir seguridad pública y el esclarecimiento de cientos de desapariciones en el estado, lo menos que se esperaba de los candidatos a las alcaldías en su arranque de campaña era una muestra de sensibilidad ante la indignación ciudadana, y aceptar que fallaron en este rubro aquéllos que hoy buscan la reelección y reconocer que sus antecesores no cumplieron con la tarea, aquéllos que serán nuevos aspirantes.

Con un poco de vergüenza, Jesús Pablo Lemus Navarro y María Elena Limón García debieron de pedir perdón, en su primer discurso de campaña, a todos aquellos zapopanos y tlaquepaquenses que fueron víctimas de la delincuencia en sus primeros tres años de gobierno, por su incapacidad de brindarles la seguridad pública a la que se comprometieron en una campaña como la de hoy hace tres años.

Lemus Navarro y Limón García tienen a los ciudadanos de Zapopan y Tlaquepaque sumidos en el temor de no poder andar tranquilos en las calles de sus municipios porque prácticamente es la delincuencia –organizada y no– la dueña de cada rincón, y en la Ex Villa Maicera los delincuentes no pudieron encontrar mejor aliado que el gobierno municipal que mantiene una gran cantidad de calles a oscuras, pues la ambición le ganó y es fecha que no ha podido resolver el problema de adquirir miles de luminarias por las irregularidades en que incurrió en la licitación correspondiente que hoy se encuentra congelada.

Ismael del Toro Castro, Oswaldo Bañales y Salvador Zamora Zamora, candidatos a las alcaldías de Guadalajara, Tonalá y Tlajomulco, respectivamente, debieron de haber emitido un mea culpa a nombre de los tres presidentes municipales a los que hoy buscan suceder y que fueron incapaces, también, de cumplir con su palabra de hacer de sus municipios los más seguros de la entidad.

Enrique Alfaro Ramírez, Sergio Chávez y Alberto Uribe, el primero y el tercero alcaldes con licencia y el segundo en activo, no cumplieron con su palabra de devolverle a las calles de sus municipios la tranquilidad que desde hace muchos años perdieron y que ellos se comprometieron a resolver.

Hoy, cuando inician las campañas de los candidatos a las presidencias municipales y todos los días cientos de ciudadanos viven la tragedia de una inseguridad descontrolada, queda evidenciado que las promesas y los compromisos asumidos hace tres años no fueron más que mero discurso de saliva y de papel, porque en los hechos fracasaron. Ya basta ver los índices de sus propias corporaciones municipales para confirmar lo anterior. Pero lo más lamentable es que sin la más mínima honestidad para reconocer su fracaso, hoy pretenden limpiar sus culpas responsabilizando a un nuevo sistema de justicia penal o a la Fiscalía General de sus incompetencias.

Nuestros gobernantes no deben menospreciar la inteligencia del ciudadano y creer que no sabe que para caminar y transitar tranquilamente por las calles de su colonia y del resto de la zona metropolitana se requiere de una Policía preventiva efectiva, que es la instancia de seguridad de mayor proximidad para los habitantes, y que corresponde a otras instancias el siguiente paso cuando los malhechores son detenidos.

Y en esto fracasaron quienes hoy buscan reelegirse, mientras que quienes buscan llegar a la alcaldía por vez primera su compromiso es no cometer los mismos errores de sus antecesores y no pretender ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, como lo han hecho los primeros mencionados.

Quienes habitamos en la zona metropolitana exigimos de nuestros gobernantes una Policía preventiva capacitada y efectiva para enfrentar a la delincuencia, y no que se dedique a criminalizar la pobreza y a repartir culpas para evadir su responsabilidad.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I