¿Gasolina cara? ¡Compre un auto eléctrico!

Finalmente ocurrió: la gasolina Premium ya cuesta 20 pesos por litro. Pero en esta ocasión no hablaré de lo artificial que resulta este precio, sino de la postura de uno de los candidatos al respecto: no hacer nada. Efectivamente, esta persona sugiere que bajar el precio construyendo o rehabilitando las refinerías es una tontería, porque según él, el consumo irá a la baja (aunque a pesar del alto precio, el consumo sigue creciendo). Actualmente enviamos materia prima (petróleo) para que otros la transformen en un objeto de consumo (gasolinas) y terminamos importando más de 75 por ciento de los combustibles que consumimos, porque Pemex ha reducido su capacidad productiva de manera inexplicable. Lo sensato sería que en México se refinara el petróleo para no perder dinero en el intercambio. Pero no para este candidato.

Aquí es en donde empieza la danza de las cifras. ¿Cuánto cuesta construir una refinería? Según el portal Oil and Gas Magazine (https://goo.gl/LXynq5) el costo de una refinería nueva, capaz de procesar el petróleo mexicano, era de 250 mil millones de pesos en 2017, con un tiempo de dos a seis años de construcción. ¿Es mucho eso? Pongamos algo de contexto: según un reporte de Pemex (https://goo.gl/eRPzvL) se vendieron 660 mil barriles de gasolina Magna al día durante 2017 (aproximadamente, 105 mil millones de litros); si estimamos conservadoramente una diferencia de 5.50 pesos entre lo que se paga en México y en Estados Unidos por un litro de gasolina, resulta que diariamente los mexicanos pagamos 577.5 mil millones de pesos EXTRA por nuestro combustible. ¿Adónde se va todo este dinero? ¿No alcanzaría para pagar las refinerías que necesitamos? ¿No podríamos reactivar las seis refinerías existentes y cuya producción va a la baja? Esa diferencia pagaría dos refinerías CADA DÍA.

El candidato referido menciona que la inversión en refinerías no tiene sentido porque dentro de muy poco todos van a conducir autos eléctricos y habrá otras fuentes de energía. Así que vale la pena revisar esta aseveración también. El Inegi señala que actualmente en México hay un parque vehicular de casi 43 millones de automotores, siendo los autos privados los más numerosos: casi 30 millones de unidades (http://www.beta.inegi.org.mx/temas/vehiculos/). El año pasado, el mercado total de autos eléctricos era de poco más de 400 mil unidades (1.33 por ciento del total de autos), lo que significa que los mexicanos tendríamos que empezar a comprar masivamente autos eléctricos para reemplazar ese parque vehicular tan grande.

Supongamos que los mexicanos nos ponemos las pilas y compramos un millón de autos eléctricos al año (más del doble del mercado actual); eso significa que tardaríamos 30 años en cambiar la totalidad de vehículos particulares (sin contar camiones de pasajeros y de carga, que seguirán consumiendo combustibles). Considerando que el auto eléctrico más barato que se comercializa en México (y que es para una sola persona) cuesta más de 300 mil pesos, los mexicanos tendríamos que gastar 300 mil millones de pesos para comprar ese millón de autos al año; sólo los mexicanos de ingresos mayores podrían comprarlos, ¿y qué van a hacer con sus autos a gasolina? ¿Le van a vender sus camionetas y autos de lujo a quienes no tienen para comprarlos?

La propuesta de este candidato no es viable porque los ingresos de los mexicanos no dan para ello; porque es trasladar la inversión que tendría que hacer el gobierno (en refinerías y en transporte público eficiente) directamente al ciudadano. Los números no dan, seguiremos consumiendo gasolinas –muy caras– durante muchas décadas más, incluso para generar la electricidad que consumirán esos autos eléctricos. ¿No tiene para pan? Compre pasteles.

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