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Construir la paz para hacer futuro

Una de las oraciones de Pedro Casaldáliga dice: “Es tarde, pero es todo el tiempo que tenemos a mano para hacer futuro. Es tarde, pero somos nosotros esta hora tardía”.

Es aquí y ahora donde tenemos que decidir y construir como ciudadanos católicos. No es hora de desconfiar de todo, de agarrarnos al comportamiento de otros para justificar nuestra indiferencia; es aquí y ahora donde tenemos que construir y dar una señal distinta.

Hoy en día el principal interés de la sociedad es la paz. “Es tarde, pero es madrugada si insistimos un poco”. La tentación es huir, pero la llamada valiente es ayudar a construir aquel país que soñamos. El cruel asesinato de tres jóvenes estudiantes de cinematografía es otro llamado a nuestras conciencias. Miles de indignados, sobre todo jóvenes, han salido a las calles a exigir la resolución de este crimen y mucho más; seguridad para todos.

Se llevó dos sexenios, el de Fox y el de Calderón, para reconocer que entre los miles de muertos había inocentes. Sus administraciones gubernamentales nos decían que eran conflictos entre criminales como pretexto para hacer poco y convencer a la población en general que el problema no afectaba o que eran “daños colaterales”.

Ahora estamos abriendo los ojos y nos damos cuenta de que la ola de asesinatos se llevó, además de inocentes, a líderes comunitarios y sociales. Ahora son evidentes los asesinatos de candidatos de todos los partidos políticos y entre los más acosados por la violencia se encuentran periodistas, sacerdotes, defensores de derechos humanos, ecologistas, maestros y médicos.

La brutalidad crece muy rápidamente. Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública en 2014 hubo 17 mil 336 homicidios dolosos, en 2015 fueron 18 mil 707, en 2016 alcanzaron 22 mil 962 y en 2017 se dispararon a 29 mil 168. Estamos en guerra civil.

El debate facilitó uno de los mejores diagnósticos de la situación que se expresó entre los candidatos a la Presidencia de la República. Se abrió con el tema de mayor interés para los mexicanos, el de la violencia. “... la violencia en nuestro país, medida por los homicidios dolosos, ha alcanzado el mayor nivel de las décadas recientes. Todos los candidatos de todos los partidos en el pasado han prometido tomar medidas concretas, pero hasta ahora ninguna ha funcionado”.

Así de terrible. Estamos obligados a tener una mirada larga. Lo que enfrentamos no es una mera multitud de homicidios, secuestros, agresiones, extorsiones, fraudes, asaltos y demás. Así como las bacterias se multiplican, la criminalidad crece cuando el entorno es incapaz de contenerla.

De momento las cosas mantienen su curso de violencia y de muerte, y día a día se añaden nuevas víctimas a la ya larga lista de personas afectadas por este clima delincuencial. Pero no debemos olvidar que la sangre derramada de tantas víctimas inocentes es garantía de que al final el bien triunfará.

No podemos acostumbrarnos a la inseguridad, pues volveríamos a la barbarie, sepultaríamos siglos de esfuerzo humano. Debemos superar la animalidad de otros tiempos, la brutalidad de otras épocas, los años aquellos en que todo problema se solucionaba con peleas a muerte, con emboscadas o atentados.

Necesitamos en Jalisco una campaña por la paz que involucre todas las actividades de la comunidad con una bien pensada mercadotecnia, establecimiento de alianzas con el sector privado y los medios de comunicación, todo culminando semana a semana con acciones específicamente planeadas para lograr este objetivo. Por así decir, toda la comunidad trabajando de manera conjunta y organizada no para ir en contra de nadie, sino para construir el escenario de paz que a todos beneficia.

JJ/I