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Gobernadores, ¿de brazos caídos?

En mi entrega de ayer –Meade: ¿el Madrazo en Jalisco?– rememoré parte de una entrevista en 2007 con quien un año antes fuera candidato del PRI a la Presidencia de la República, Roberto Madrazo Pintado, en el marco de la presentación de su libro La traición. Conversación con Manuel S. Garrido, de la que hoy comparto otro extracto que lleva a pensar que “cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”.

Pregunté a Madrazo: “¿De qué tamaño fue la traición en Jalisco y quiénes te traicionaron?”. El tabasqueño respondió:

“Cuando el gobierno federal (encabezado entonces por Vicente Fox Quesada) empieza a construir que la elección era de dos y que el PRI va en tercer lugar, empieza a revivir la leyenda negra de Madrazo, como aquel pleito con Zedillo que tuvo su origen cuando no acepté la Secretaría de Educación, venirme (al entonces DF) y renunciar al gobierno (de Tabasco); y luego viene mi enfrentamiento con él cuando compito (internamente) contra Labastida. Entonces Zedillo va construyendo todo eso, y luego Fox”.

“Hubo gente que compraba eso dentro del propio partido sin siquiera analizarlo, y la percepción de que ‘va en tercero, sálvate tú’. ¡Así lo vendían! Así se lo vendieron a gobernadores, a candidatos: ‘tú puedes ganar en la medida en que no esté Roberto contigo’”.

En esa elección, el candidato del PRI a la gubernatura era Arturo Zamora. Pregunté: “¿Así se lo vendieron a Arturo?”. Roberto contestó:

“La percepción era muy generalizada. Muy difícil que yo te diga si Arturo compra esa impresión porque nunca lo platiqué con Arturo. Pero yo te diría que la percepción, al guardar propaganda (que luego se supo fue lo que hicieron en Jalisco), al no tener candidatos que hablaran, es que habían comprado la idea de que Madrazo iba en tercero, cuando todavía no íbamos en tercero. Acabamos siendo una realidad en el tercer lugar”.

“Pero hubo un momento en que nosotros estábamos en la competencia, y era muy curioso ver que en los de enfrente, quien le gana a Fox es quien no era su candidato (Calderón), pero Fox se suma y lo apoya con todo, al grado de poner en riesgo la equidad de la elección. Le pone los recursos, hace lo que tiene que hacer para que gane Calderón”.

“Y los gobernadores del PAN hacen lo que tienen que hacer para que gane su candidato. Paco Ramírez Acuña lo hace, como lo deberían de haber hecho los del PRI. ¡Las reglas son ésas! ¡Nadie se espanta de las reglas de la política porque así son!”.

“¿Qué es lo que nos extraña? Que no lo hayan hecho los (gobernadores y alcaldes) del PRI. O sea, el PRI no juega en equipo, le faltó jugar como había jugado 2002, 2003, 2004, 2005. Cuando ganábamos, ¡ganábamos porque íbamos en equipo! Todos jugábamos a una causa: ganar”.

Recordar lo anterior viene a colación porque, sin esperar que los gobernadores y alcaldes rebasen los límites que como gobernantes les marca el Código Electoral, hoy también, como en aquel 2006, parecen estar apanicados por el tercer lugar que ocupa su candidato presidencial en la mayoría de las encuestas.

En Jalisco no vemos ni al gobernador Aristóteles Sandoval ni a sus alcaldes, en ejercicio de sus derechos políticos y sin distraer o desviar recursos públicos, hacer trabajo político y electoral a favor de sus candidatos a la Presidencia, a la gubernatura y ni a las alcaldías.

Coincidencia o no, el escenario de 2018 parece ser el mismo de 2006. Si acaso, hoy los gobernadores creen que pueden ganar una elección con desplegados periodísticos de apoyo a su nuevo dirigente nacional y de felicitación para quien lo antecedió.

Pero al parecer en el centro tienen otra lectura y quizás ahí encontremos la respuesta a la visita que de entrada por salida hicieron Manlio Fabio Beltrones, Rubén Moreira y Felipe Enríquez a Casa Jalisco anteayer.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I