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Un gran tipo

Los estudiantes de letras inglesas pensaron que el cirujano plástico se había equivocado de Aula Magna.

Pero cuando el médico tomó el micrófono, dijo: “Se preguntarán qué hace un cirujano plástico en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM donde se estudia Humanidades. Se los voy a explicar”.

La explicación inició con la historia del sexto cumpleaños de una niña cuyos padres le habían comprado un pony de regalo. Cuando revelaron la sorpresa en la fiesta, los sorprendidos fueron ellos al ver que el pony mordía la cara de su hija y se llevaba con sus dientes su pequeña nariz.

En los minutos siguientes de su conferencia, el cirujano explicó el proceso de la operación estética de su rostro. Dijo que el trabajo contó con una calidad similar a la de cualquier otro hospital de primer mundo. Sin embargo, la particularidad de su caso fue que durante el proceso que duró 6 años, además de la atención directa del médico la niña recibió muchos abrazos de él.

El motivo, dijo este cirujano, es que él consideraba que la piel era el verdadero sexto sentido.

Contó que en un estudio anterior que hizo en el hospital en el que laboraba, concluyó que 90 por ciento de un grupo de pacientes que a su llegada fueron recibidos con un abrazo y palabras de aliento, tenían mejores resultados luego de sus respectivas operaciones.

Con estos antecedentes, su conferencia en esa Facultad se llenó de consejos, por ejemplo, sobre cómo lidiar con una persona egocéntrica. El secreto, dijo, era simplemente poner la palma de tu mano en su hombro y presionarla hacia abajo, aplastándolo un poco y haciéndole ver que estaba a tu nivel. O si era necesario, incluso más abajo.

También instruyó sobre cómo consolar a una persona ante una tragedia como la muerte de un familiar. Dijo que se le debía tomar de ambos codos y levantárselos mientras se le decía algo como “vamos a superar esto juntos”.

Compartió más técnicas que eran tanto sutiles como efectivas. Y con ese fondo, ese cirujano plástico hizo entender qué es la memoria de la piel y cómo se conecta con el inconsciente.

Al final de esa conferencia ocurrida hace años, apasionado, dijo que la piel era el órgano de los sentidos más humano y que un estudiante de letras, un humanista, debía recordarlo siempre.

Lo hice, pero olvidé el nombre del médico.

Un gran tipo.

@los21fosfenos

FV/I