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¿El padre Amaro en el deporte?

Realidad o ficción lo que plasmó una película (El crimen del padre Amaro) que  se caracterizó desde antes de su estreno por una polémica fuerte entre diversos sectores de nuestra sociedad.

Sin embargo no podemos dejar de comentar para los objetivos de este artículo el momento y las escenas de cuando un reportero saca la nota boom en dicha película, obviamente lo que comúnmente se le llama en el argot periodístico como filtrar información. Para los que no han visto (ni verán) la película les comentaré. Un artículo explosivo acerca de las relaciones de la iglesia con la guerrilla y el narcotráfico del país. Un periódico que se atreve a sacar dicha información. La consecuencia es desmentirse el periódico y la salida obligada de dicho periodista a petición de la iglesia. Cualquier parecido con la realidad mera coincidencia diría la vox populi o reciclaje de la realidad.

No nos lo han platicado, nos ha tocado vivirlo, esos momentos de reclamos por parte de los grupos de poder tanto del estado como de la iniciativa privada en el campo deportivo. Siempre que ven sus intereses afectados lo primero que hacen dichos grupos es intentar la censura, la coacción, buscar silenciar a esos periodistas.

Surge una pregunta, ¿hasta dónde se permite eso por parte de los diferentes medios de comunicación? ¿A quién o a quiénes benefician esos silencios? y sobretodo ¿qué tanto es una práctica común y qué tanto sirve para traficar por parte de los mismos medios?

Nos parece que no es fácil la respuesta, pero para todos los educadores que promueven el cambio en el ámbito deportivo (y del país) debe de ser también un tema de reflexión, ya que verdaderamente somos parte de esa aspiración al cambio que no se ve llegar, si es que lo deseamos en realidad y los medios masivos de comunicación juegan un papel importantísimo en este quehacer cotidiano.

En nuestra disciplina deportiva y me atrevo a comentar que en el deporte en general se han presentado no menos de un par de casos en los últimos años, en el que funcionarios de menor y/o mayor grado piden la salida de más de algún periodista, algunos lo han logrado, otros han conseguido algo más, el silencio.

Ese silencio no nos beneficia a nadie, ni mucho menos a la sociedad a la que estamos aspirando, a veces es más importante lo que se deja de decir que lo que se escribe, y esa es otra historia.

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JJ/I