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Urge atención para bomberos de El Salto

FRECUENTES. Durante la temporada de estiaje lo que más se reportan son incendios de pastizales. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

¿Alguna vez se ha sentido frustrado al no poder realizar un trabajo de manera apropiada?, pues dicho sentir es el que continuamente comparten los brigadistas de la Unidad de Protección Civil y Bomberos de El Salto, quienes ante la falta de personal y equipamiento no logran atender todos los llamados que se presentan durante su jornada, por lo que deben decidir qué incendios pueden combatir y cuáles dejan pasar.

“La verdad estamos muy limitados, tenemos que dejar algunos (incendios) pendientes, los de menor relevancia. Conocemos el terreno y podemos saber si no hay ningún problema ahí, un riesgo”, declaró uno de los apagafuegos de la corporación con casi 10 años en ésta y quien decidió mantener su anonimato.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), El Salto cuenta con una extensión de 41.50 kilómetros cuadrados y una población de 183 mil 437 personas.

Sin embargo, la corporación de bomberos posee sólo 15 elementos operativos, quienes se dividen en grupos de cinco personas que laboran en turnos de 24x48 horas para cubrir todo el municipio, por lo que el personal claramente se ve rebasado. Según estándares internacionales debe existir al menos un bombero por cada mil habitantes, es decir, El Salto no cumple con esta recomendación.

POCO EQUIPO

El equipamiento de la unidad sáltense es escaso: dos camionetas Dodge RAM, una motobomba y una pipa de modelo atrasado; no obstante, de todo ello sólo se utiliza una camioneta, la cual está adaptada con un contenedor líquido, debido a que la motobomba se encuentra desde hace tiempo en reparación, al igual que la pipa, que en ocasiones tampoco es empleada por la falta de chofer.

“El carrito que traemos de arriba para abajo es una camionetita, una RAM, que nada más trae 500 litros de agua y eso no te hace nada. Aquí más bien (lo ideal es) mover la pipa, pero tampoco hay gente, (y) pues estamos jodidos”, señaló otro bombero, quien también prefirió no identificarse. 

 Los uniformes son también otro tema que requiere atención, pues los actuales no pueden utilizarse para combatir las llamas en zonas abiertas como pastizales. Parte de éstos son enviados desde comunidades de Estados Unidos a Chapala, en donde deciden pasar algunos a El Salto, mientras que otros más son conseguidos por cuenta del personal. Los trajes con los que cuentan sólo están diseñados para trabajar en siniestros de inmuebles o vehículos.

“No resisten tanto el calor, nosotros no nos metemos directamente al fuego porque la neta no hay equipo, no hay dinero y el presidente de aquí (Marcos Godínez Montes) no nos apoya”, acusó otro de los bomberos.

LA TEMPORADA Y LOS SUELDOS

Las carencias que padecen los bomberos se agudizan durante la temporada de estiaje, pues según sus estimaciones, durante el día pueden llegar a reportarse más de 10 servicios de incendios, es decir, alrededor de 300 siniestros al mes, la mayor parte en pastizales.

Otra queja de los bomberos saltenses tiene que ver con los salarios, que van de los 2 mil 700 a los 3 mil 286 pesos por quincena: “Lo que nos hace falta es personal, equipamiento, capacitaciones y sueldo para motivar, porque todo va de la mano. No te pueden exigir que des más cuando tienes un sueldo raquítico”, comentaron.

A través de llamadas telefónicas y visitas a su base, ubicada en la calle Libertad 262, colonia Potrero Nuevo, NTR buscó al director de Protección Civil de El Salto, Isaac Ochoa Ochoa; sin embargo, se nos negó la presencia del funcionario y nos explicaron que éste se encontraba ocupado en otro punto, pese a que había una persona al interior de su oficina y su vehículo estaba estacionado fuera de la estación.

La estación, también en malas condiciones

A las quejas por el deficiente equipo, los salarios y la carga laboral se suman las de las malas condiciones de la estación de la unidad de Protección Civil y Bomberos de El Salto, donde los trabajadores ni siquiera cuentan con un cuarto para descansar, por lo que se ven obligados a dormir en el suelo durante las guardias y cocinar sus alimentos en una parrilla ubicada en el patio. La base es una casa de 6 metros de ancho y 20 de largo con varios descuidos estructurales.

La finca consta de un patio donde hay casilleros y demás equipo, una oficina, una pequeña área para escuchar las frecuencias de radio, otra un poco más amplia con dos escritorios, un baño y un cuarto.

“Esta pésimo, parece casa-hogar, casa de bomberos en situación de calle. A mí no me da vergüenza decir que soy bombero, a mí me da vergüenza decir de dónde soy bombero. Esta chingadera no es ni base ni casa ni nada”, lamentó uno de los bomberos.

Apagafuegos con varios años de servicio en la corporación aseguraron a este medio que la actual administración “es la peor que se ha tenido” debido a la falta de apoyos, por lo que al estar desprotegidos del Municipio, obtienen ayuda de voluntarios y de las corporaciones de bomberos de Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, San Pedro Tlaquepaque, Guadalajara y del gobierno estatal, incluso de algunas empresas privadas que se encuentran en la zona. Ezequiel Cruz

“Lo que nos hace falta es personal, equipamiento, capacitaciones y sueldo para motivar, porque todo va de la mano”
Trabajador de la unidad que prefirió guardar el anonimato

ANTECEDENTE

El 26 de marzo de 2017, un brigadista voluntario de El Salto murió al combatir la quema de un pastizal. Su cuerpo calcinado fue localizado hasta el día siguiente. Aparentemente, comenzó a intoxicarse con el humo y no logró salir a tiempo del incendio.

10 incidentes diarios se pueden reportar durante la temporada de estiaje

FV/I