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Trasplantes, un regalo de la vida

TODO EN LA MESA. El proceso para trasplantar un órgano puede llevar más de 12 horas, se necesita de varios especialistas de distintas áreas y el trabajo en equipo es primordial. (Foto: Especial)

La donación de órganos al morir es un regalo vital para aquellas personas que más lo necesitan. Para que este acto trascienda en nuestro país es necesario fomentar la cultura de donación mediante campañas de información y educación. 

Este esfuerzo requiere también el fortalecimiento y articulación de un sistema nacional de donación y trasplantes que cuente con la infraestructura adecuada, herramientas tecnológicas y personal altamente calificado.

Quizá no todos puedan donar órganos, pero la mayoría sí podría compartir algunos tejidos como hueso, piel, córneas, tendones, cartílago y vasos sanguíneos. Ante este panorama, resulta esencial analizar si México está preparado para recibir los órganos, tejidos y células de todas las personas que mueren.

Pero realmente pocos saben cómo cuidar a un donante cadavérico y el proceso de un trasplante.

Rosa murió y sus familiares aceptaron la donación de sus órganos. Ya se cuenta con un protocolo perfectamente establecido para el cuidado y mantenimiento de un donador fallecido con fines de trasplante. Así que al saber que algunos de los órganos podrían ser donados, de inmediato los doctores protegieron el cuerpo, lo colocaron sobre un colchón térmico y lo cubrieron con una sábana también térmica para mantener una temperatura aproximada de 36 grados Celsius.

Le suministraron más suero para mantenerlo hidratado y mantener la diuresis o producción de orina cercana a los niveles normales. También tenía un ventilador mecánico para mantener el cuerpo oxigenado, de lo contrario la sangre no cuenta con el oxígeno necesario y los órganos se deterioran y ya no son útiles para trasplante.

“Estos cuidados son para que el cuerpo se mantenga en óptimas condiciones, como si aún estuviera con vida y así evitar que el corazón se detenga, ya que, si éste deja de trabajar, los órganos de inmediato dejan de funcionar y ya no son aptos para trasplante”, expresó el doctor José Luis López Jiménez, coordinador de Donación del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMNSZ).

Segundos después vienen las muestras de sangre para realizarle diversos estudios con el objetivo de comprobar que el cadáver no fuera portador de alguna enfermedad que pudiera transmitir a las personas que recibirían los órganos, así como la viabilidad de los mismos.

Hora y media más tarde, ya que los estudios arrojaron que todo estaba en buenas condiciones, el coordinador de trasplantes se comunicó al Cenatra para informar que tendrían una donación, que sería un hígado y dos riñones, además de todos los datos de la donante fallecida.

El arte de hallar la compatibilidad

Mientras el coordinador de Donación se comunicaba al Cenatra, la enfermera tomó muestras sanguíneas y del ganglio linfático del cadáver para que el personal del laboratorio de histocompatibilidad realizara las pruebas de compatibilidad entre el donante y los posibles receptores.

“Las pruebas de histocompatibilidad son los estudios más tardados en un proceso de donación y trasplante, pues toma entre siete y ocho horas”, explicó Adrián de Santiago, químico farmacobiólogo que trabaja en el laboratorio de histocompatibilidad del INCMNSZ.

“De la muestra del ganglio linfático extraemos unas células y esas las enfrentamos con las muestras de sangre que tenemos resguardadas en nuestro banco de pruebas de los pacientes que están en la lista de espera de un órgano”.

Primero se realiza una prueba cruzada para saber si el donante y los posibles receptores son compatibles. Si arroja que un posible receptor no es compatible con el donador, no hay nada más que investigar, hay que buscar a otros receptores compatibles; pero si indica que sí son compatibles, se hace un estudio de tipificación de antígenos leucocitarios humanos (HLA, por sus siglas en inglés), el cual indicará el nivel de compatibilidad.

Posteriormente se realiza un panel reactivo de anticuerpos para saber si el receptor tiene anticuerpos que pudieran rechazar el órgano; si tiene anticuerpos se practica otro estudio para saber qué anticuerpos son y, por último se hace un análisis para saber en qué cantidad y así poder determinar el receptor más adecuado.

La selección de los receptores de órganos

El reto de una donación y un trasplante no sólo consiste en trabajar contra reloj, sino en la precisión de la extracción de los órganos y, principalmente, en la meticulosa selección del mejor receptor, indicó José Luis López Jiménez.

La selección se hace bajo criterios establecidos en la Ley General de Salud, en los cuales se apoya el Comité de Trasplantes para la correcta asignación de los órganos.

Estos criterios contemplan a la persona con menos esperanza de vida, información que es obtenida a través de algoritmos especiales, además de otros criterios como grupo sanguíneo, tiempo en espera del trasplante, entre otros.

“Pues de nada sirve que se le practique a alguien un trasplante porque es el que sigue en la lista de espera pero no es compatible, pese a que se le suministren medicamentos inmunosupresores, su cuerpo lo rechazará. Ante la escasez de donaciones, no nos podemos equivocar”, expresó.

Han pasado casi siete horas desde que se empezó el proceso de donación, ya se tiene a los probables receptores, el médico tratante marca por teléfono a seis personas, sólo tres recibirán un órgano pero se necesita tener otros candidatos por si alguno no se encuentra en la posibilidad de ser intervenido en ese momento, ya sea por un resfriado, infección u otra cosa.

El hígado es lo primero que se puede y debe trasplantar, para los riñones aún hay que esperar a que se tengan los resultados de otras pruebas de compatibilidad.

Un hombre de 53 años de edad espera un hígado, una joven de 26 años, el riñón derecho y otra de 23 años, el riñón izquierdo; ellos tres no se conocen, lo que los une es la esperanza de que un día alguien les salve la vida al donarles el órgano que necesitan.

Ese día llegó, la llamada que habían esperado por varios años por fin se dio.

A los otros tres candidatos suplentes se les llamó y se les explicó que ellos eran los pacientes alternos por si los primeros no se encontraban en condiciones de ser operados en ese instante.

Operación maestra

Han pasado nueve horas y ya se tiene todo listo para hacer la extracción de órganos y trasplante.

El coordinador de donación da la indicación para que ingrese la donante e inicie la cirugía de procuración y de manera simultánea, la cirugía de trasplante de hígado.

Antes de iniciar la cirugía, los médicos guardan un minuto de silencio como agradecimiento a la memoria de la donadora y después proceden a la extracción de los órganos.

Tres horas después ya se extrajeron los órganos, los cuales previamente se les inyecta una solución especial que permite que las células del órgano se conserven viables para trasplante.

Este líquido debe estar a una temperatura de cuatro grados Celsius para que entre por la arteria, lave los órganos y los limpie de la sangre que tenga en su interior, sino la sangre se coagula dentro de los vasos y cuando se trasplante el órgano no recibirá sangre oxigenada.

Después de que se inyecta dicha solución, los órganos son delicadamente depositados en una bolsa especial la cual es estéril y con solución de preservación, a su vez es colocada en otra más y finalmente en una tercera con hielo estéril.

Los órganos son depositados en una hielera, pues se debe mantener el órgano a cuatro grados Celsius. Los órganos ya están listos para salir de ese quirófano y llegar a los otros donde los médicos ya están listos para recibirlos.

Mientras trasladan los órganos a los quirófanos donde serán trasplantados, el cuerpo de la donadora es entregado a sus familiares y los médicos agradecen la generosidad de conceder los órganos de su ser querido para dar una nueva oportunidad de vida a tres personas.

Después de ocho horas ya se ha concluido el trasplante de hígado, las pruebas de compatibilidad están listas y los trasplantes de ambos riñones darán inicio. Después de 10 horas más de cirugía, cinco horas por cada riñón, los trasplantes han terminado, todo resultó conforme a lo planeado, las tres operaciones han sido un éxito.

La ruta legislativa de la ley

Por todo este arduo proceso que conlleva una procuración de órganos y un trasplante, además del seguimiento, el costo, la infraestructura y el personal médico altamente especializado que se requiere, es que se deben establecer los mecanismos necesarios para que la propuesta de reforma de ley sea exitosa.

Es una realidad que se necesitan más donadores, pero no se considera que sea la manera más adecuada. “Actualmente estamos atendiendo 30 por ciento de la demanda anual al registro de espera. No obstante, este 30 por ciento lo estamos atendiendo con grandes esfuerzos”, destacó José Salvador Aburto Morales, titular del Centro Nacional de Trasplantes.

Explicó que esta reforma debe contemplar a su vez otra que promueva un presupuesto que vaya de la mano con la demanda de un mayor número de donantes para tener la capacidad de respuesta, como ha ocurrido en otros países como España u Holanda, en los que se designa una partida presupuestal para donación y trasplante.

“Con la reforma que se propone sólo se está atendiendo la demanda social, pero es necesario que también se atienda la demanda institucional”
José Salvador Aburto Morales, titular del Centro Nacional de Trasplantes.

“Para hígado y riñones se utilizan aproximadamente diez litros y cada litro tiene un costo aproximado de cuatro mil pesos”
José Luis López Jiménez, coordinador de Donación

2, 057 trasplantes se realizaron el año pasado

50 mil pesos cuesta la procuración de órganos

Tiempo de vida

El hígado es el órgano que demanda mayor cuidado y agilidad, ya que su tiempo de isquemia o tiempo de vida fuera del cuerpo es de ocho horas en promedio, mientras que el del riñón puede ser de hasta 24 horas y el del corazón, el órgano más delicado de todos, es de no más de cinco horas.

• El trasplante de un riñón cuesta alrededor de 100 mil pesos

• El trasplante de hígado cuesta cerca de 300 mil pesos.

• El costo promedio incluyendo medicamentos y consultas posteriores podría alcanzar los 500 mil pesos como costo promedio a un año.

• El trasplante de córnea es de alrededor 60 mil pesos por cada ojo.

• El costo por trasplantar un pulmón varía a partir de 89 mil pesos.

• El trasplante de corazón, de los más caros, va desde 150 mil hasta dos millones de pesos.

FV/I