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Relativismo cultural

Si uno se asoma por las redes sociales, lee los periódicos o ve los programas de análisis político, uno de los temas más recurrentes estos días es la acusación del candidato presidencial Antonio Meade a la candidata a senadora Nestora Salgado. La polarización no se ha hecho esperar, así como las acusaciones en uno y otro sentido, pero hay pocas que estén fundadas. Al respecto, la plataforma #Verificado2018 publicó los resultados de su investigación (https://goo.gl/Q3iYmY) y que yo explico brevemente:

Los tres jueces que revisaron el caso absolvieron a Nestora Salgado, no “por errores en el debido proceso” sino por falta de pruebas, sobre todo porque, de acuerdo con los esquemas legales comunitarios, ella y el grupo de autodefensas estaban en la posibilidad de detener a infractores y cobrar las multas (de hecho, lo que se oye en las grabaciones es eso: la exigencia del pago de una fianza).

Es importante subrayar lo anterior: los jueces establecen que las autodefensas, sancionadas por el gobierno, actuaban como policías comunitarias, por lo que tenían la facultad de retener a personas que hubieran cometido alguna infracción y cobrar multas. Por tanto, no cabe la presunción ni de secuestro ni de privación ilegal de la libertad.

Sin embargo, esto trae otro tema a debate. Las autodefensas fueron autorizadas por el gobierno sobre la base que corresponden a los usos y costumbres de los pueblos; y esto es justamente lo delicado. No sólo en México sino en otros países con pueblos originales, existen leyes diferenciadas para éstos. Por ejemplo, en Brasil actualmente existe la discusión de si se debe permitir a las etnias amazónicas matar niños (lo que puede ser por una variedad de razones, desde discapacidad hasta el que sean gemelos, ya que esto es considerado de mala suerte); ante esto, hay quienes están indignados de que se permita el asesinato de niños inocentes, mientras que hay otros que afirman que estas conductas han permitido a estas etnias sobrevivir.

El problema de fondo es uno de relativismo cultural: suponer que todas las costumbres de todas las culturas son igualmente respetables y que no se puede imponer un punto de vista basado en la cultura y la moral occidentales; sin embargo, esto da lugar a excesos en culturas que no han llegado a estadios en los que el respeto a los derechos humanos es considerado como indispensable. En lo particular, no creo que haya un argumento etnológico que se sostenga ante el evidente abuso en contra de los más débiles en estas culturas: no sólo los infantes en Brasil, también las niñas que son mutiladas genitalmente en cerca de 30 países (podríamos incluir la circuncisión también, que no tiene ninguna razón médica); o el que las mujeres no puedan ocupar cargos de autoridad en algunos lugares de nuestro propio país, porque “así son los usos y costumbres”.

El relativismo cultural es en gran medida un mea culpa de occidente: durante demasiado tiempo se vio a los pueblos no europeos como atrasados, salvajes o bárbaros, sin intentar siquiera comprender las razones de su forma de vida; sin embargo, el péndulo ha ido demasiado lejos, dando el mismo valor o asumiendo acríticamente, actos que en efecto son contrarios a la dignidad humana y el respeto a la vida.

Debemos transitar en México hacia un sistema de legalidad que respete autonomías, pero que garantice el derecho de los más desprotegidos porque muchos usos y costumbres los vulneran. El debate que tendríamos que tener no es si hubo un secuestro o no, sino el que tengamos diferentes esquemas legales: al parecer los mexicanos no somos todos iguales ante la ley.

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FV/I