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Economía Social de Mercado

La plataforma del Frente y Anaya manifiesta su adhesión a la ESM. La presentó como el exitoso modelo que combina equilibrio social con eficiencia del mercado y permite la formación de coaliciones, como la que gobierna en Alemania, que él compara con la alianza PAN-PRD-MC. En la plataforma se señala: “…impulsaremos una economía social de mercado, a través de una estrategia de desarrollo que garantice el crecimiento de la economía a largo plazo y fomente la creación de empleos dignos”. En concreto… ¿qué ha hecho el modelo alemán, es aplicable a México y qué tanto lo recupera Anaya?

La ESM es el modelo alemán que se implementa después de la Segunda Guerra Mundial caracterizado por una coalición que impide el renacimiento del nazismo, evita una economía centralizada, rechaza el libre mercado sin cortapisas y procura un equilibrio social basado en el bien común, la solidaridad y la subsidiariedad. ¿Cómo lograrlo?

Lo primero fue implantar políticas de libre mercado: no regulación de precios, las empresas públicas sólo participarían en sectores socialmente necesarios, se permitiría la libre formación de contratos privados y una amplia inserción internacional alemana. Se establece un banco central autónomo y se define que los precios deben determinarse en función a los costos. También plantea altos impuestos, especialmente sobre la renta.

En otras palabras, produce las empresas privadas, pero gran parte de las utilidades las concentra el Estado para establecer seguros de desempleo, calidad en la educación, un esquema amplio y eficiente de seguridad social, etc. La idea es que la sociedad tenga el derecho a beneficiarse del crecimiento del PIB.

Lejos de una “desregulación”, plantea el ordoliberalismo, prohibición a la presencia de empresas monopólicas, salvo si garantizan la generación de avances tecnológicos, amplia provisión de divisas y un altísimo pago de impuestos. En Alemania son impensables grandes cadenas de supermercados, de tiendas de conveniencia o que el mercado de la cerveza lo concentren dos empresas. Se promueve un amplio reconocimiento no sólo a la formación de grandes sindicatos y coaliciones democráticas de trabajadores y empresarios, sino al derecho de los trabajadores a la cogestión de las empresas a través de los comités de empresa.

¿Estaría Anaya dispuesto a incrementar los recursos públicos con impuestos crecientes a las grandes empresas; enfrentaría el poder de empresas monopólicas; favorecería los sindicatos independientes y la cogestión; separaría los intereses del Estado y de empresarios? De no hacerlo repetiría las mismas prácticas de lo que hemos vivido en décadas: a las grandes empresas aumentarles subsidios, bajarles impuestos y quitarles regulaciones, armar con ellas la política económica y, en contraparte, buscar el apoyo social con programas focalizados hacia la población en pobreza. Eso NO es Economía Social de Mercado.

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JJ/I