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La guerra a través de videos

La guerra de los debates entre Enrique Alfaro Ramírez y Carlos Lomelí Bolaños, aspirantes a la gubernatura por los partidos Movimiento Ciudadano y Morena, se trasladó a la guerra de los videos y todo parece indicar que concluirá en la guerra de las denuncias. Una guerra a la que se ha sumado el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, antiguo aliado del primero y hoy impulsor del segundo.

Lo que atestiguamos ayer fue el prólogo de lo que sucederá –y quizás cada vez con un tono más elevado– de ahora en adelante hasta el último día de las campañas: una guerra de acusaciones entre quienes las encuestas colocan en la primera y segunda posición de las preferencias ciudadanas.

Lo sucedido ayer lo podemos dividir en tres actos y un epílogo de una obra que difícilmente podemos saber de cuántas partes se compone:

Primer acto. Aparece López Obrador en un video festinando la encuesta de ayer del Grupo Reforma y dirigiéndose a los jaliscienses lanza el primer golpe: “No va a ganar Alfaro, la gente de Jalisco ya se dio cuenta de que Alfaro es un farsante, es salinista, es amigo de Carlos Salinas de Gortari, me consta (…). Nos traicionó, le entra a las negociaciones, a los moches, para transferir el dinero a los municipios donde gobierna Movimiento Ciudadano, incluso en Guadalajara recibieron dinero de los moches. No tengo ninguna confianza en Alfaro…”.

Segundo acto. A través de un video, Alfaro le responde a López Obrador: “Me preocupa el tono con el que quiere venir a dictar cátedra a los jaliscienses de lo que tienen qué hacer (…); es triste que Andrés Manuel piense que puede venir a Jalisco a darle órdenes a los jaliscienses y decirles voten por un candidato o un partido (…); los jaliscienses saben quién es tu candidato a gobernador, lo saben los cuatro simpatizantes que tienes (…). Ojalá y entiendas que aquí no puedes venir a darle órdenes a la gente…”.

Tercer acto. Ahora es Carlos Lomelí quien arremete contra Alfaro en video: “Acabo de ver un video de Alfaro, el capo inmobiliario. No sabe que hacer campaña no es obligar a nadie a votar; está ofuscado, está enojado, a lo mejor porque él sí obliga para sacar provecho (…). Es un capo inmobiliario y lo vamos a demostrar…”.

Epílogo. Carlos Soltero, coordinador de campaña de Lomelí, presentó denuncia ante la Fiscalía de Jalisco en contra de Alfaro por “los delitos de desvío y aprovechamiento indebido de atribuciones y facultades, peculado y enriquecimiento ilícito”, cometidos en la enajenación del predio El Deán que “tenía un valor de 230 millones de pesos y lo vendió en un precio de 100 millones por debajo de su valor”, o sea en 130 millones, de los cuales “dio facilidades (a Caabsa Eagle) de que solamente pagara 30 millones al municipio y los otros 100 millones los invirtiera en otro centro de transferencia…”.

De acuerdo con lo anunciado por Lomelí, debemos esperar más denuncias penales contra Alfaro, y seguramente éste no se quedará callado y responderá de alguna manera. Ambos se conocen mutuamente sus fortalezas y sus debilidades y, la verdad, en este sentido es difícil pronosticar quién ganará esta guerra, pero cada uno sabe cuál es el talón de Aquiles del otro y ahí pegarán.

A partir de ahora y hasta el día de la elección la guerra está declarada: Alfaro vs. Lomelí, Lomelí vs. Alfaro, con un ingrediente extra: López Obrador. ¿Alguien se imaginó al arranque de las campañas que la de la gubernatura cerraría con una lucha encarnizada entre los candidatos de MC y Morena?

La guerra entre Alfaro y Lomelí, con la intervención de AMLO, podría cambiar el escenario de las alianzas, pero ese será un tema del que les comentaré mañana y tiene que ver con una versión que cada día crece más en los corrillos políticos y que podría no sorprender a muchos.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I