Respeto

2018-11-10 19:26:30

Hace algunos años, Benny Ibarra, flamante integrante de Timbiriche, lamentaba en una entrevista que no hubiera respeto por los músicos. Como ejemplo me contaba que en Jamaica, si alguien caminaba por la calle con una guitarra en la espalda, se le respetaba por dedicarse a la música y se le consideraba un aspirante a la fama, un Bob Marley en ciernes (ya esto es de mi cosecha), en cambio, si un músico en México hacía lo mismo, la idea que cruza por la mente de la gente es que va a cantar en los camiones o el metro.

El consumo de la música cambió radicalmente gracias a los MP3 y las plataformas de streaming. El público, desde siempre, ha elegido escuchar canciones y no discos completos, pero esa decisión ha puesto a la industria de la música en crisis de manera cíclica.

El valor de un disco de 10 ó 12 canciones se desvaneció con el tiempo. La Recording Industry Association of America reveló que las cifras de venta de discos cayó 25.8% en el primer semestre de 2018 comparado con las cifras de 2017, sólo en Estados Unidos. Este año se venderá la tercera parte de lo registrado en 2014. En los 50 comenzó a popularizarse la venta de discos sencillos con una o dos canciones y hasta probar el éxito de un artista se pensaba en grabarle un álbum; así funcionó el negocio de la música en la época de Los Beatles, situación que cambió en los 70, que comenzaron a crearse álbumes completos y 40 años después, de alguna manera, se regresó a esa estrategia, pero por razones distintas: hay tantos artistas apoyados por disqueras y de tan baja calidad –la situación económica influye– que sólo lanzan un tema que vale la pena, que no se piensa en invertir en un disco, además las plataformas ofrecen la música de forma gratuita.

Si se revisa los números de reproducción de un artista en Spotify, por ejemplo, quedará claro que más de la mitad de las escuchas de un disco se concentran en dos o tres temas, pero lo grave es que el número de reproducciones no alcanzaría a vender copias físicas suficientes para conseguir siquiera un Disco de Oro, unas 30 mil copias. En contraste, esta misma dinámica ha ayudado a generar el deseo por un disco, como sucedió con la española Rosalía, que lanzó tres temas y generó una importante expectativa sobre su disco El mal querer.

Es la industria musical la que no ayuda a que el trabajo de los músicos se respete, el mundo está plagado de sonidos urbanos que no venden discos. A una tienda de Guadalajara llegaron 30 copias del vinilo de J. Balvin y pasaron semanas para que se vendiera una copia con costo de más de 400 pesos, que por una pieza de reguetón suena caro ¿no?

@tuamigofranco

da/i

 
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