Usan la vanidad como estrategia en el juicio de 'El Chapo'

2018-11-25 22:22:23

Estrategia. El abogado de 'El Chapo', Jeffrey Lichtman, sostiene que su cliente no pudo encabezar desde prisi�n o mientras se fugaba la que supuestamente era la organizaci�n de tr�fico de drogas m�s poderosa del mundo. (Foto: AP)

Nueva York. Joaquín El Chapo Guzmán Loera es un hombre vanidoso que buscaba explotar la publicidad de ser considerado el mayor narcotraficante de México, pese a que durante décadas viviera una vida modesta y aislada, según revelaciones en el juicio que encara en Estados Unidos.

Luego de dos semanas de declaraciones y testimonios en el marco del juicio de la Corte del distrito este de Nueva York, comienza a surgir el perfil de un hombre cuya vanidad puede ser uno de los elementos que puedan contribuir a su posible sentencia.

Tras orquestar su primera fuga de una prisión en México, en 2001, Guzmán Loera “disfrutó la publicidad” de ser entonces considerado como el mayor narcotraficante en el país, de acuerdo con su abogado defensor Jeffrey Lichtman.

Ese entusiasmo por explotar su fama lo llevó también a fantasear con que se realizara un libro y una película sobre su vida, por lo que entró en contacto con la actriz mexicana Kate del Castillo y el actor estadounidense Sean Penn, quien escribió un artículo sobre su encuentro con Guzmán Loera.

Ese contacto, de acuerdo con informes de prensa, fue el error que condujo finalmente a la localización y arresto del capo en México, en 2016, luego de haberse fugado por segunda vez de prisión.

Sus ganas de explotar su fama, no obstante, no concuerdan con la realidad, de acuerdo con Lichtman.

Este abogado sostiene que su representado no era el líder del Cártel de Sinaloa, aunque aclaró que “si negaba que era tal mito” entonces no habría libro ni película sobre su vida.

“¿Por qué alguien filmaría un video para incriminarse?”, cuestionó Lichtman de manera retórica en la apertura del juicio. El abogado se refería al video que grabó Guzmán Loera para Penn, en donde reconoce su actividad como traficante de drogas.

Otros rasgos de la vanidad han surgido en el juicio. Según el testimonio del narcotraficante confeso Jesús “El Rey” Zambada García, Guzmán Loera poseía una pistola con una cacha recubierta de diamantes que incluye sus iniciales, JGL.

Esa pistola calibre 38, que quizá sirvió al acusado para alardear sobre su supuesta riqueza, será empleada como evidencia que apuntale que sí era el líder del Cártel de Sinaloa.

A todos los días del juicio ha acudido, además, su esposa, Emma Coronel, una ex modelo y reina de belleza del Festival del Café y la Guayaba que cada año organiza la comunidad de Canelas, en de Durango.

Coronel, quien establece frecuente contacto visual con Guzmán Loera, acude ataviada todos los días con atuendos ceñidos.

Sus casas

Pese a que Guzmán Loera gozaba de su relativa fama como máximo narcotraficante, Lichtman afirmó que era imposible que su cliente pudiera encabezar desde prisión o mientras se fugaba la que supuestamente era la organización de tráfico de drogas más poderosa del mundo.

En ese sentido, el testimonio de Zambada, quien se describe como un “sublíder” del Cártel de Sinaloa, confirmó que en efecto Guzmán vivía aislado en la sierra entre Durango, Sinaloa y Chihuahua, de donde nunca salió desde 2001 al 2008, por lo menos.

Zambada añadió que luego de haber vivido brevemente en un rancho en el Estado de México, propiedad de un sicario identificado como Barbarino, Guzmán Loera radicó en el menos cuatro modestas viviendas ubicadas en la sierra del noroeste de México.

Las casas contaban con antenas de televisión satelital y de radiocomunicación. Su conversaciones con otros miembros del Cártel de Sinaloa las conducía mediante radios.

Zambada rememoró una visita a Guzmán Loera, a principios de 2002, en la comunidad de Badiraguato, en Sinaloa, que describió como “una casa humilde de campesinos”, ubicada entre los pinos del bosque en “la parte más alta de la sierra”.

En una segunda visita, en 2003, Zambada describió que donde vivía entonces Guzmán ya era “una casa de ladrillo y cemento” con dos habitaciones. Aclaró que era “una casa pequeña, pero bien hecha”, con una antena de televisión satelital y una antena de radiocomunicación.

Más tarde, aclaró Zambada, se cambió a otra casa también en la sierra de Sinaloa. Vivía además en una vivienda en la localidad de Las Coloradas, en Durango, donde se reunió con Guzmán Loera en dos ocasiones.

Pese a que contaba con una pista de aterrizaje para avioneta a unos 3 kilómetros de distancia, la casa de Las Coloradas es descrita por Zambada como “una casa bien hecha, con baño y dos cuartos”.

De acuerdo con el testimonio de Zambada, el hombre que era considerado como el narcotraficante más buscado en el mundo, quien según la fiscalía amasó una fortuna de 14 mil millones de dólares, vivía aislado en casas modestas en la sierra.

“Era muy buscado y permanecía en las montañas. En este periodo (de 2001 a 2008), él nunca bajó de las montañas”, precisó Zambada.

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