Abogado colombiano relata reuniones y nexos con �El Chapo�

2018-12-05 19:44:56

(Foto: Especial)

NUEVA YORK. Las fincas en las montañas del Triángulo Dorado mexicano donde vivió Joaquín El Chapo Guzmán en la década del 2000 eran cada vez más austeras y remotas y el narcotraficante se rodeaba de cada vez más hombres armados mientras proseguía su negocio de tráfico de droga colombiana.

Eso dijo el miércoles el abogado Germán Rosero, quien testificó en el juicio a Guzmán que se celebra en Brooklyn y que ya va en la cuarta semana. Rosero dijo que se reunió con El Chapo al menos unas ocho veces entre 2002 y 2006 en los distintos ranchos en los que éste vivió en la Sierra, entre los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango.

Rosero, que es colombiano y trabajaba para el cartel del Norte del Valle, coordinaba los envíos de droga que se hacían desde Colombia a México. La droga se vendía al cartel de Sinaloa que Guzmán dirigía junto a otros. El Chapo a veces llevaba gorras, o iba vestido de camuflaje militar, siempre con pistolas, y en alguna ocasión le vio un rifle AK-47 chapado en oro “con algunas incrustaciones de piedras preciosas”.

El Chapo, uno de los narcotraficantes más conocidos que existen, se ha declarado inocente de acusaciones de acumular una fortuna multimillonaria al traficar toneladas de cocaína y otras drogas desde México a Estados Unidos. De ser declarado culpable, enfrentaría una posible sentencia a cadena perpetua. Guzmán fue arrestado en 1993 pero se fugó de la cárcel en 2001. Vivió escondido en las montañas hasta que volvió a ser arrestado en 2014 y se escapó otra vez en 2015. Se le capturó de nuevo en 2016.

LUGARES DE ENCUENTRO

El miércoles Rosero dijo que siempre era llevado en pequeñas avionetas a los ranchos donde estaba Guzmán y que aterrizaba en pistas clandestinas cerca de las fincas. Una de las primeras donde estuvo tenía una piscina y una palapa donde ambos hombres se sentaron a hablar de los envíos de droga. El Chapo parecía mantener la calma en muchas ocasiones, incluida una vez que Rosero tuvo que hablar con él sobre la incautación por parte de la guardia costera estadounidense de un envío de 12 mil 500 kilos de cocaína.

“Me dijo que teníamos que seguir trabajando, que le echáramos ganas”, dijo Rosero.

El colombiano, que trabajaba para el narcotraficante Juan Carlos Ramírez Abadía, El Chupeta, se declaró culpable de narcotráfico hace nueve años pero se ha mantenido libre todo este tiempo. Está esperando su sentencia.

El Chupeta, conocido por su cara desfigurada debido a operaciones de cirugía plástica, testificó en el juicio antes que Rosero. El abogado dijo que dejó de enviar droga al cartel de Sinaloa en 2007, cuando éste entró en guerra con los hermanos Beltrán Leyva, que también traficaban cantidades masivas de cocaína.

JJ

 
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