Les repiten la dosis

El jueves pasado el director general del Club Guadalajara, José Luis Higuera había declarado que notó al equipo “espantado” en el partido en el que Chivas quedó eliminado ante América en el Torneo de Copa MX.

Y Chivas llegó igual de aterrorizado a su casa, y así América lo humilló de nuevo con un 0-2 que se quedó corto.

Era complicado pensar que en dos días el técnico José Saturnino Cardozo pudiera cambiar radicalmente a un grupo que no solamente en dicho encuentro contra las Águilas se habían notado fallas desde la falta de manejo de partido, contundencia, ambición para ir por un marcador más amplio, y táctica. Los puntos ya se habían ido en partidos clave como Veracruz y Querétaro, los dos últimos lugares de la tabla general, o el triunfo que se escapó ante Necaxa que empató en el último minuto.

América les hizo ver la realidad en solo una semana, primero en Copa, y ahora en Liga.

Con todo un entorno negativo, ni siquiera el escenario esplendoroso de sus tribunas motivaron a un equipo resquebrajado en su espíritu.

Y si Cardozo pretendía un cambio de actitud y estrategia mató todo con el ingreso de Alejandro Zendejas, quien desde su llegada al equipo en 2017 ha mostrado poco.

Al América le bastaron 2 minutos para restregarle a Chivas la realidad de su crisis. Ibarra dejó sembrado a Ponce por la izquierda, centró y Nicolás Castillo cerró para abrir el marcador y apagar la chispa que había en el conjunto rojiblanco para intentar una insurrección.

Al igual que el miércoles Chivas fue un equipo “espantado”, al que el balón le quemaba los pies, y no era capaz de armar una sola jugada al frente.

La desesperación rebasó a Cardozo y sacó a Vega por Luis Madrigal, quien con su gran altura se quedó esperando a que le llegara un balón que nunca llegó porque la única apuesta eran los centros de Brizuela que se estrellaban en los defensas americanistas.

Para quedar más acorralado, Molina se hizo expulsar al 36´, y Pulido se lesionó al 42´.

Con todo en contra lo mejor fue que concluyera el primer tiempo.

Lo que haya dicho Cardozo en el vestidor de nada sirvió porque la actitud apática y con pánico escénico permaneció intacta.

Y América, un tiburón que huele la sangre del indefenso se arrojó a su presa para liquidarla. Al 49´, Ibargüen se aprovechó del terror que tenían Van Rankin y hasta Pereira, quien se barrió inútilmente, y como colofón Gudiño quiso atajar el balón temblando de miedo para que se le escurriera hasta el fondo de las redes y tener el lapidario 0-2.

Lo que siguió fue más humillante que un marcador mucho más abultado. América se regodeó de ver a su rival destrozado y le paseó el balón para complacer a su afición que coreaba el “¡Ole!”.

Chivas fue un muerto viviente que deambulaba sin rumbo y que generó su única llegada al marco al 84´ con un zurdazo de Basulto, y al 88´ una chilena de Madrigal, mientras que América sobrellevó el juego disfrutando de su victoria.

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