#Eldisco
Alejandro Sanz
Quiso innovar y le salió un disco de chavorruco (oigan el disco funk Azúcar en un Bowl) que quiere pertenecer a lo nuevo. Sanz se metió al escabroso mundo del urbano y quizá lo más interesante sea Los Lugares, un drama rapeado con arreglos de cuerdas, lástima que Residente sea su invitado. Back in the city retoma el son cubano y privilegia el timo, es olvidable. Pop de diseño es Mi persona favorita, pero cerca de su estilo. Lo mejor El trato y el latin jazz It’s Ok que suena a Emmanuel. #Chavorruco
CALIFICACIÓN: BAJO TU RIESGO
This life/ Unbearably white
Vampire Weekend
Cinco años después de su último disco, Vampire Weekend lanza seis canciones que recuperan el espíritu desenfadado de su primer disco, vuelve a sonar la guitarra con desparpajo (This life), agregan citar y siguen la ruta del baile. Hay mucho sonido vintage, Unbearably white es un soul a su estilo y Soundflower es un tema psicodélico, lleno de armonías y pegajoso. Hay folk (Big blue) y 2021 es un tema divertido sobre el vertiginoso paso del tiempo, como autocrítica ¿te acordarás en tres años? Pone de buenas. #FuturoesAyer
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Sombrero roto
Kiko Veneno
Artistas como Kiko Veneno son un faro. Retomó la estética electrónica ochentera, la diseccionó, reconstruyó a su modo y cuenta cosas interesantes mientras te hace bailar (Títiri es una pasada). Hay mucha inteligencia aplicada, humor (Autorretrato dice “me gusta moverme y no sé bailar”), historias profundas sobre relaciones humanas domadas por la tecnología (Vidas paralelas, un temazo) y un manejo del ritmo que debería ser ejemplo a lo urbano (Chamariz). ¿Veneno? En Yo quería ser español, un flamenco incisivo y Ojalá, con una letra espectacularmente dolorosa. No terminarás de escucharlo. #Joya
CALIFICACIÓN: SUBE EL VOLUMEN
Titanic rising
Weyes Blood
En 2016, Natalie Mering, quien está detrás de este proyecto, empezó su carrera discográfica con un sonido cercano a Florence+Machine. Titanic rising es el más acabado de sus discos, tiene arreglos estilo beatle (Everyday), arreglos de cuerdas finos y vigorosos (A lot’s gonna change, que suena mucho a The Carpenters), sonidos setenteros (Something to belive), cosas ensoñadas (Movies) y una estética de baladista setentera, pero muy seductora, agradable de escuchar, con letras sobre sus preocupaciones de un mundo convulso. Una alternativa, un oasis. #Weyes
CALIFICACIÓN: SUBE EL VOLUMEN
Interview Music
Idlewild
Esta banda escocesa debería estar en los festivales mexicanos. Su estilo tiene ese encanto del brit pop salpicado de indie (se escucha claro en Same things twice). Quienes adoran esas melodías bien estructuradas, el aire psicodélico y la serenidad, se engancharán con este disco y temas como Dream variations, All these words y Forever new que es muy popera. Idlewild no es extrema en experimentaciones, se notan sus 24 años, el sonido está controlado, hay oficio. Se antoja para ir cantando Bad logic y la demás, en el tráfico. #BuenaEscuela
CALIFICACIÓN: SUBE EL VOLUMEN
da/i
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