Prensa: de AMLO a Alfaro

El viernes pasado en la rueda de prensa mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, Martha Hernández, reportera de este matutino, El Diario NTR Guadalajara, planteó y preguntó lo siguiente:

“Usted hacía referencia de la relación con los medios de comunicación… En Jalisco se han suscitado diferentes desencuentros entre autoridades estatales, se ha hecho calificativos como de medios basura, se ha dicho que la prensa está friegue y friegue; nos han tildado de mentirosos, se han emitido diferentes descalificaciones de parte del gobernador Enrique Alfaro hacia los medios de comunicación. Hacia los reporteros nos ha dicho ‘ya sabemos de dónde vienes’. ¿Cuál es la postura que tendría que haber ante el cuestionamiento del actuar de la autoridad?”.

Difícil y complicado entender el discurso de López Obrador sobre este tema cuando prácticamente desde siempre ha tenido una postura de descalificación a priori hacia los medios de comunicación y periodistas que lo cuestionan y lo critican. Él mismo lo confesó en esa rueda de prensa, aunque también cuesta trabajo creer su argumento. Expresó:

“Yo les digo, a los de la prensa conservadora, les digo prensa fifí por ejemplo. Pero no es un insulto, es señalar que existe una prensa conservadora que no les gusta que se haya llevado a cabo un cambio en el país, porque ellos formaban parte del antiguo régimen. Eran, para decirlo coloquialmente pero con todo respeto, alcahuetes…”.

Ahí está el juicio a priori: “prensa conservadora”, “que no les gusta que se haya llevado a cabo un cambio en el país”; la acusación ligera: “ellos formaban parte del antiguo régimen”; y la descalificación: “eran (…) alcahuetes”. Generalizar de esta manera su opinión sobre la prensa y demás medios de comunicación que son críticos a su gobierno, no es la mejor carta de recomendación para avalar una postura sobre la relación entre el gobierno y los medios, pero en su respuesta agregó algunos conceptos que ojalá y él mismo los asuma y que en Jalisco se ejerzan, porque es el reclamo de los propios medios de comunicación a quienes están en el poder y es la exigencia que hace la misma sociedad a sus gobernantes.

López Obrador dijo: “Lo importante es (…) que pueda haber estas denuncias de manera abierta, sin censura, que se respete la libertad de prensa, la libertad de expresión (…). Que se entienda que son diálogos circulares, son mensajes de ida y vuelta, y que se debe de permitir el derecho de réplica (…). Así tiene que ser la vida pública, cada vez más pública y transparente, crítica, respetuosa, y que haya equilibrios…”.

¿En Jalisco se respeta la libertad de prensa, de expresión, cuando ante la denuncia se responde con la descalificación mediante calificativos: “basura”, “mentirosos”, “periodiquito”? ¿Qué hacer cuando se ofrece el derecho de réplica a través del cuestionamiento directo para que se responda al resultado de la investigación periodística que se publicó y se responde con un “yo no voy a contestar mentiras” o “eso contéstenselo ustedes”? ¿Qué hacer o qué sucede cuando el gobernante no entiende o no acepta que, efectivamente, la vida pública tiene que ser más pública y transparente en los hechos y no sólo de discurso?

López Obrador subrayó: “Se tiene que buscar es que sea una prensa, medios, equilibrados, objetivos. Y hablaba yo del valor de la verdad, que eso es lo más importante, apego a la verdad”. ¿Qué hacer cuando ante la verdad, ante hechos sostenidos con pruebas tangibles y contundentes, quien está obligado a explicar de un brochazo responde que “son mentiras”, sin pruebas de por medio?

Reitero: la relación de AMLO con los medios no es como él lo predicó aquí el viernes pasado, pero los jaliscienses demandan que el discurso lopezobradorista sea adoptado con hechos por el alfarismo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

da/i