Una serpiente entre la luz y la sombra

2019-04-13 22:30:14

Personalidad. Como buena descendiente de griegos, ama el teatro y su visi�n contemplativa de cara al escenario ha caracterizado buena parte de su labor. (Foto: Grisel Pajarito)

Una manera de terminar de ver para Dánae Kotsiras tiene que ver con la fotografía. Cree en los ciclos y el del espectador termina para ella cuando otra obra nace. Además de ser fotógrafa, la jalisciense también escribe y canta, pero para ella estas son sólo otras formas de mirar.

Como buena descendiente de griegos, ama el teatro y su visión contemplativa de cara al escenario ha caracterizado buena parte de su labor. Ella dice que esta visión también viene del ejercicio de caminar, de contemplar recorriendo el mundo, estar en la calle y vivir en los viajes –en los que sobre todo se encuentra a sí misma– es crucial para ella antes siquiera de presionar el obturador.

NTR. ¿Cómo te acercaste a la fotografía?

Dánae Kotsiras (DK). Cuando estaba terminando la prepa estaba indecisa si estudiar teatro o música, había tenido mis acercamientos, cantaba en un grupo con mi hermana y aprendí a tocar guitarra, pero al final decidí estudiar cine en la Universidad de Guadalajara y ahí conocí al maestro Hernández-Claire, fue ahí cuando encontré el amor por la fotografía fija. Cuando mi padre falleció salí de la escuela de cine y me metí a estudiar artes visuales, ahora sí. Yo siempre le echo la culpa a Hernández-Claire y él dice que me echó a perder como sus maestros lo echaron a perder cuando estudiaba arquitectura, pero se enamoró de la fotografía.

NTR. ¿Qué es lo que te terminó de convencer de esta expresión?

DK. Me encanta que puedas trabajar solo y que en un solo plano, con un solo tiro, puedas comunicar tanto, esta capacidad de abstraer todo en una imagen y contar una historia, algo que en el cine necesitas de un plano secuencia, eso me encanta, te obliga a pensar y repensar, a sentir más la imagen, los espacios y la luz. Te vuelve en un contemplador de la luz, para mí se ha convertido en una filosofía de vida que a través de la oscuridad encuentres la luz para construir una pieza, como una serpiente que recorre su camino entre la luz y la sombra y crea algo, que se debate en la oscuridad misma para buscar su propia verdad, me hace pensar mucho en eso.

NTR. ¿Por qué comenzaste a hacer fotografía de teatro?

DK. Yo le debo algo al teatro, siempre me ha gustado desde niña. Una vez en un ejercicio de la escuela cubrí unas obras y mi profesor me dijo que era buena para eso. Lo hacía con un lente de 50 milímetros súper luminoso y las fotos quedaron muy bien, en mi servicio social trabajé en la coordinación de artes escénicas y literatura de la Universidad de Guadalajara, durante 2011 me tocó cubrir casi todas las obras que se presentaron en el Teatro Experimental, luego comencé a trabajar en la coordinación casi dos años, fotografíe títeres, danza y teatro y fue como cumplir un sueño de la adolescencia. Volverte amiga de tus ídolos es algo muy bonito.

NTR. ¿Qué hay en el teatro que te parezca tentador visualmente?

DK. Pensar cómo un actor se mueve en un espacio para contar una historia. Lo que transmite con su gesticulación y su expresión corporal, toda esta mezcla que tiene como un ente creador de ilusiones: la coacción entre la luz, el cuerpo y el espacio, la fotografía le aporta cosas a través de esta mirada del instante decisivo necesario para capturar la imagen. Ver una obra para crear otra obra, construir otra cosa a partir del que mira.

NTR. ¿Sientes que hay obras que te hayan marcado?

DK. Las obras de Beto Ruiz, uno de los mejores directores y actores de teatro del cuerpo, él hizo una obra que se llamaba Horizontal-vertical, una hazaña corporal y luminoso brutal que me marcó muchísimo. Él tiene una capacidad de hacer que hasta las piedras accionen, verlo en el teatro es hermoso.

NTR. Además haces foto en la calle...

DK. El escenario callejero es impresionante, interesante e impredecible y tiene muchas posibilidades. Practicar el retrato con la foto callejera vale la pena porque la gente siempre está deseosa de contarte su historia, si tú logras conectar en la calle con un personaje al que nunca le han tomado fotos, el hecho de que tú le hagas un retrato es un acto de bondad maravilloso, porque hay gente que no sabe ni cómo se ve. Yo creo que desde ahí podríamos cuestionar mucho las maneras de exponer, muchas veces pienso en colgar las fotografías en un tendedero y salir a las calles y que la gente se vea ahí reflejada, es como si se cerrara un círculo por volver a su origen. Para mí es importante. Uno hace imágenes primero para uno mismo, pero luego también para que los demás lo vean, es compartir una mirada que se triangula sólo cuando está en el papel.

RADIOGRAFÍA

LIBRO. El amante de Marguerite Duras. Es un libro cortito pero profundo, lo acabo de leer.

Una visión increíble sobre el amor prohibido desde la mirada femenina y su época. Fue valientísima y me parece un referente importante

POEMA. Tengo tatuado Ítaca de Kavafis y creo que eso define mucho quien soy, cuando acabo de conocer a alguien le digo que lea ese poema y luego hablamos

CINE. Estoy muy clavada con el cine de Yorgos Lanthimos, sobre todo con su película The lobster. Es un cineasta que confronta desde el espacio y desde la contemplación

LUGAR DE LA CIUDAD FAVORITO. Mi musa es el centro de Guadalajara. Sacarme de aquí sería matar mi proceso creativo, aquí crecí y aquí me encuentro en  mi estado natural

MANTRA. “No temo nada, no debo nada, soy libre”, una frase que está en la tumba de Nikos Kazantzakis; la visité en la isla de Creta en Grecia, recientemente

ESPÍRITU ANIMAL. Soy una leona, también soy leo en el zodiaco, pero soy una leona

“Me encanta que puedas trabajar solo y que en un solo plano, con un solo tiro, puedas comunicar tanto”

 

“Ver una obra para crear otra obra, construir otra cosa a partir del que mira”

Dánae Kotsiras, fotógrafa

JJ/I

 
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