Fracaso consumado

Todo se cumplió, los pronósticos se materializaron.

No hacía falta un gran sentido de la premonición, sólo bastaba un poco de agudeza visual, algo de cálculo y buena dosis de realismo.

Por si los tomé desprevenidos, no hablo de un gran descubrimiento científico: no, sólo hablo de futbol y del nuevo fracaso de los equipos tapatíos. De tres, dos en la Liga MX y uno más en el Ascenso, ni uno logró meterse en Liguilla.

Y saben qué, no es una casualidad, mucho menos tres casualidades.

Es el producto de trabajos mal hechos o con varios defectos, o claras deficiencias. Analicemos lo sucedido.

Comencemos por Chivas, un equipo sobrevalorado, con jugadores claramente sedentarios y que aún viven, algunos, del recuerdo de su último título.

Otros, llegaron para reforzar al equipo y se quedaron lejos de poder considerarse refuerzos. Y finalmente, aquellos que siguen siendo promesas pero que ya ostentan un paso de varios años por Primera División.

Si a todo ello le sumamos el infructuoso paso de José Cardozo en la dirección técnica y una directiva que no muestra un rumbo certero, el resultado no podía ser otro más que la eliminación.

¿Y Atlas? No canta mal las rancheras. Incorporaciones que fueron improductivas desde el inicio, más algunos que insinuaron, pero que terminaron decayendo. Con un técnico desconocido y que obligó a la llegada de otro, al menos, identificado con los colores; sin embargo, las posibilidades de mejoras eran remotas.

Además, no perdamos de vista el aprendizaje para Rafa Márquez, vicepresidente deportivo del equipo: Un buen amigo, no siempre es una buena opción, tal como le sucedió con Guillermo Hoyos. A costa de trancazos se aprende. Lo malo es que el Atlas ya se acostumbró a recibir golpes, casi permanentemente.

Y finalmente, Leones Negros. Su plantel dista de ser de los importantes en la división de plata, sin embargo la continuidad de Jorge Dávalos y un plantel con tiempo de conocerse podían alimentar ciertas esperanzas. Pero la realidad se impuso: un equipo de medio nivel no podía aspirar a conquistar resultados importantes.

En fin, lo sucedido no es una sorpresa, ojalá sí sea un gran aprendizaje, caso contrario, el fracaso será recurrente. Y presiento que éste no fue el último.

@ArielLeguizamon

*Director de Deportes/ TV Azteca Jalisco

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