Armar una brigada es muy complejo

2019-04-14 22:18:03

(Foto: Especial)

La lucha contra el fuego en los bosques es costosa y se topa con la incomprensión de los ciudadanos, que por no tener valorado el recurso forestal salvo cuando se quema y afecta su calidad de vida, no han determinado darle prioridad y empujar a que el estado financie y fortalezca una política pública que debiera ser de la mayor relevancia institucional.

El director de la Fundación Ecológica Selva Negra, brazo social de la agrupación musical tapatía Maná, José Antonio Márquez Michel, destaca la complejidad de armar una brigada que en el contexto nacional, resulta ejemplar, por tener elementos altamente capacitados y por tener raíces comunitarias.

“Esto cuesta dinero, pero también puede representar dinero para quien lo adopte como actividad;  creo que el gran paradigma es, en términos de conservación, mostrarle a la gente que vive en estos lugares, que puede vivir de cuidar el bosque, en vez de vivir de saquear el bosque; esa es simplemente la ecuación que hay que revertir (…) la estrategia que a nosotros nos ha dado resultado es involucrar a la comunidad, por ejemplo en una brigada forestal, pero que les permita, primero tener un ingreso decente, y segundo que les permita crecimiento como personas, para generar nuevas habilidades y conocimiento”, destacó Márquez Michel.

Esta es en síntesis la historia de la brigada Puma de Ahuisculco. “Ya tienen un tramo andando, han tenido experiencias muy difíciles, se han curtido en el fuego; a lo mejor tienen como 120 incendios atendidos desde su creación, es gente que ya sabe a lo que se enfrenta”.

Esto aunado a la capacitación permanente. “Los factores de la proximidad y el conocimiento del terreno les puede salvar la vida; brigadistas con muchas tablas, con mucha experiencia en La Primavera han ido a Ahuisculco y dicen, ah caray, aquí el terreno es más difícil, está más pedregoso, es más suelto (…) nosotros hemos ido buscando a los brigadistas dentro de la comunidad, los que tienen interés, los que son disciplinados, formales, puntuales, porque serán de algún modo referentes de la comunidad, y así es: son muy respetados”.

La brigada debió enfrentar la muerte de Faustino Ibarra y Alberto Armenta entre abril y mayo de 2017. “Tenemos dos compañeros que han fallecido justamente apagando un incendio forestal, entonces yo pensaba que sentaba un muy mal precedente hacia la comunidad, pero la comunidad les dio el respaldo, los tiene como héroes realmente, pues murieron apagando un incendio en su bosque; yo no sé si pudiera haber evitado o si hubiéramos corrido con mejor suerte, el hecho es que ellos fallecieron, y nos tomó mucho tiempo procesar el golpe”.

Hoy, Puma de Ahuisculco no sólo se mantiene como una brigada de alta competencia profesional; ya ayuda a conformar brigadas vecinas, como en Cuisillos. El buen ejemplo ha cundido.

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