�Que viva el libro!

Ni el calor ni mucho menos las vacaciones desanimaron a cerca de 2 mil personas que celebraron ayer el Día Mundial del Libro afuera de la Rectoría de la Universidad de Guadalajara.

Amantes de las letras de todas las edades se acercaron para descubrir que la lectura te puede transportar a otros mundos y que además, vuelve inmortales a grandes como Fernando del Paso a quien se le rindió homenaje.

Durante ocho horas, 370 asistentes de todas las edades leyeron en voz alta, uno a uno, la obra La muerte se va a Granada.

Después de la lectura se realizó una charla sobre Del Paso y su obra con la presencia de Carmen Villoro, Élmer Mendoza y Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro.

“Es un novelista que sabía darle estética a los detalles”, aseguró Mendoza, quien dijo que la humanidad tiene deuda con los grandes Del Paso y Federico García Lorca.

Al leer La muerte se va a Granada, los 370 lectores se convirtieron en actores, ya que este fue uno de los textos en los que Del Paso debutó como dramaturgo: escrita en diálogos hace de García Lorca, un artista que confesó adorar muchas veces, un personaje lleno de luces y sombras, complejo y llevado al límite.

Después de que fuera reeditado por el Fondo de Cultura Económica, la pasada edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, era la cita para que el propio Del Paso hablara de su obra, pero falleció meses antes, dejando tristes a sus fieles lectores.

“La muerte llegó y no dejó que lo presentara, pero sé que hoy nos acompaña en espíritu y estaría feliz de ver a tanta gente leyéndola”, aseguró Villoro.

Los expertos aseguraron que el tono de este libro es el romance, donde también hay tono policiaco y que puede verse como una ópera hablada.

“Sin duda, esta obra es un acto de amor a su amigo y maestro Federico García Lorca”, añadió Villoro.

Un día lúdico

Durante ocho horas, la Rectoría de la UdeG fue una feria para celebrar al libro.

En una zona se colocaron decenas de sillas para escuchar la lectura en voz alta y a un costado se vendían libros de hasta 10 pesos o joyas que tenían las 18 librerías independientes y otras como El Sótano.

A los presentes se les obsequió el libro La muerte se va a Granada, recién editado por el Fondo de Cultura Económica y un clavel rojo, que era la flor favorita de Fernando del Paso, para seguir la tradición del día catalán de San Jordi, en que está inspirado el festejo.

En una zona se colocaron cuatro máquinas de escribir Olivetti que causaron sensación, trayendo a los adultos grandes recuerdos y como una novedad para los niños y jóvenes que nunca habían tecleado.

También se colocó un mural para que todos los asistentes escribieran lo que saliera del alma y fue así que quedaron escritas frases románticas, existencialistas e incluso contestaciones de quienes primero leyeron y después contestaron de manera poética.

Para todos hubo regalos de libro, flores y recuerdos de la FIL.

CIFRAS

370 lectores

2 mil asistentes

18 editoriales

JJ/I