Quieren organizar a ex reos para oportunidades

2019-04-25 23:18:47

EL TOTAL. La poblaci�n penitenciaria en Jalisco es de 13 mil 437 personas. (Foto: Grisel Pajarito)

Tras cumplir una condena y alcanzar la libertad se presenta otro reto: lograr reintegrarse a la sociedad, tarea en la que algunos ex presidiarios deben ingeniar acciones productivas para sobrevivir y adaptarse a una comunidad muchas veces reacia.

El proceso de readaptación puede llegar a ser complejo, las oportunidades laborales dentro de empresas son limitadas y no siempre son las más deseadas o mejor remuneradas.

Por ello, desde el interior de las celdas se instruyen y realizan ciertos oficios que ayudan a sobrellevar ciertas necesidades, entre los que destacan la elaboración de productos artesanales. Incluso esta actividad otorga una oportunidad a personas de autoemplearse fuera de prisión y conseguir una estabilidad económica. 

En Jalisco, la Fiscalía de Reinserción Social, a través de la Comisaría de Preliberados y Liberados del Estado, está encargada de implementar mecanismos de apoyo para una integración completa, desde sus centros y en colaboración con otras dependencias, para sentenciados, preliberados y liberados.

Hasta 2018, la comisaría atendía a 2 mil personas entre hombres y mujeres para ayudarlos a obtener un empleo. Según un último corte de la Fiscalía de Reinserción Social, el total de la población penitenciaria en Jalisco es de 13 mil 437 personas.

LAS OPCIONES Y LA ORGANIZACIÓN

Es en la Coordinación de Proyectos Productivos y Bolsa de Trabajo de la comisaría, encabezada por Elizet Salcedo Topete, donde se puede aprender sobre: bisutería, talabartería, ebanistería, tejido, pintura, calzado y arte MDF. 

Y después, tras salir de la cárcel, “los estamos requiriendo acá para hacer un grupo fuerte, una asociación con una buena base. Sí salen mil, que esos sean de la asociación”, expone Salcedo Topete. 

La sociedad que se pretende establecer buscará incluir a grupos e instituciones corresponsables en la rehabilitación de ex reos, así como impulsar el trabajo de preliberados y liberados. 

“Hay trabajo, estamos buscando la manera de trascender e ir más allá de México, para empezar a Estados Unidos, pero tengo amigos que han mandado producto ya hasta Puerto Rico, Costa Rica o España… Un conocido ya expuso en Holanda y estamos viendo qué más podemos hacer”, adelanta la funcionaria.

Promueven productos

En el aniversario 477 de la fundación de Guadalajara, la Industria Jalisciense de Rehabilitación Social (Injalreso) realizó una pasarela para exhibir bolsos elaborados por personas privadas de la libertad. También se mostró un catálogo para su comercialización. Durante el evento se firmó un convenio entre Injalreso y la División de Artes y Humanidades, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), para el desarrollo de actividades artístico-culturales, de Servicio Social y colaboración mutua

Caer en la cárcel, “una escuela para cambiar”

“La vida al interior de prisión es como tú la quieras vivir, yo me dediqué a trabajar, cuando llegué a prisión yo era un delincuente y dije ‘aquí se terminó esa vida y será mi escuela para cambiar’. Me costó trabajo porque es una transformación de vida”, cuenta Héctor Antonio Martínez, quien pasó cinco años encarcelado.

Héctor ingresó a la cárcel a los 24 años, edad en la que conoció la talabartería, un arte en cuero que le costó desarrollar, ya que para aprender debía pagar clases a otros compañeros sentenciados.

“Tardé un año en perfeccionar y entender el trabajo, pero me fue muy bien porque yo comencé en una cubeta en la que guardaba mis cosas en la celda, me sentaba en ella y me ponía en un lugar apartado para no molestar, lo hacía en un espacio pequeño”.

Dominada la técnica, decidió realizar una fusión con la marroquinería y crear diseños propios. Un año previo a ser liberado, ya tenía entre 16 y 20 trabajadores a su cargo que enviaban sus productos a diferentes puntos de Jalisco e incluso a ciudades de Estados Unidos, como Texas.

Héctor es egresado de la Licenciatura en Derecho, tiene conocimiento en administración de empresas y es técnico en computación, pero al salir de la cárcel sus antecedentes penales lo alejaron de una oportunidad laboral dentro de estas áreas. Una situación que lo ha marcado tanto en el ámbito profesional como en el personal.

“Incluso hasta en la familia los que me conocen quién era antes piensan que sigo siendo el mismo, y tener que demostrarles que ya no lo soy es difícil, aunque estés haciendo las cosas bien”

Pero eso no lo detuvo. Decidió montar su propia empresa enfocada en la elaboración de diversos artículos, como lo hacía tras las rejas. Ahora su marca L’cane se maneja bajo el eslogan La piel que te pone a la moda. Ezequiel Cruz

Aprende, genera dinero y enseña a los demás

Luis Santiago Ochoa cumplió una sentencia en prisión de 15 años y seis meses por robo de auto calificado, tiempo en el que se enfocó en el dibujo y el arte del piteado, para obtener un poco de dinero y apoyar a sus seres queridos.

“Siempre hacía eso y de ello vivía, a diario desde que me abrían la puerta hasta que me encerraban me ponía a dibujar fajos, molduras y carteras… Eso ayudo a que la familia me visitara más seguido, cuando uno es pobre, ’tss’, hasta para el camión o el taco que te llevan se gasta y pues uno tiene que retribuir”

Este oficio, que aún lo mantiene activo, lo ha heredado a quienes permanecen encarcelados. Además de enseñar cómo se hace, les deja tareas que son remuneradas de manera adicional.

“He trabajado por mi cuenta, a través de los años he enseñado a gente que todavía está viviendo allá dentro, y los que han logrado salir se han integrado, me han marcado y de repente sale trabajo para ellos, yo sigo yendo a llevarles trabajo… Yo tengo la intención de seguir y visitar lugares, reclusorios, nada más basta presentar mi proyecto, que vean que es noble y de poca peligrosidad”

Actualmente, Luis Santiago cuenta con 15 trabajadores preliberados que lo apoyan y cinco más entre familiares.

Una de sus especialidades más reconocidas son los decorados en sillas de montar, labor que puede tardar hasta tres meses en realizarse y en la que participan hasta 10 bordadores que deben permanecer ocho horas diarias “piquete tras piquete”. Esta tarea, presume, los ha hecho acreedores de clientes especiales dentro y fuera del país. Ezequiel Cruz

“Cuando recibimos en el área de proyectos a un preliberado que está condicionado a trabajar, le preguntamos en qué oficio se desempeñó mejor, eso nos da la pauta”

Elizet Salcedo Topete, titular de Coordinación de Proyectos Productivos y Bolsa de Trabajo de la comisaría

Valoran las capacidades de internos para oficios

En los procesos de la Comisaría de Preliberados y Liberados de Jalisco para integrar a la sociedad a quienes obtienen la libertad, son valoradas las capacidades de cada interno próximo a salir para acercarle un oficio que cubra sus necesidades.

“Cuando recibimos en el área de proyectos a un preliberado que está condicionado a trabajar, le preguntamos en qué oficio se desempeñó mejor, eso nos da la pauta para saber en qué forma lo podemos ayudar y su artesanía siga produciéndose, a la vez que genere empleos para su familia y la misma sociedad”, apunta la titular de la Coordinación de Proyectos Productivos y Bolsa de Trabajo de la comisaría, Elizet Salcedo Topete.

 OTRA OPCIÓN. No todos los preliberados quieren continuar con las actividades artesanales. 

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Sin embargo, no todos los preliberados se abocan a la elaboración de artesanías, ya que algunos sólo mantuvieron activa esta labor mientras se encontraban presos cómo una manera de subsistir. Aunque, añade Salcedo Topete, es mayoría quien decide continuar con las actividades artesanales y, a la postre, solicitar apoyo de esta área para que, a través de instituciones gubernamentales, se pueda difundir y promocionar su arte. 

“No podemos obligar a las personas a algo que ya no quieran, ya que cuando están en reclusión sí están condicionados a cumplir ciertos lineamientos que el juez les impone”, detalla. 

La funcionaria agrega que quienes pasan por esta comisaría realmente cuentan con una preparación para el mundo laboral: “Se les ofrece garantía en un trabajador, en la cuestión de que ellos siempre están vigilados por un sistema post-penitenciario y se llevan controles tanto psicológicos como de salud para saber que no generamos a las empresas problemas”.

Pese a ello y a estar relacionados con el Sistema Nacional de Empleo (SNE), existen compañías que prefieren no contactarse con la comisaría por desconocimiento. Sin embargo, asegura la funcionaria, es más confiable contratar a un preliberado que lleva controles y es vigilado, a alguien externo.

JJ/I

 

 
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